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Sí, el partido fue en el Camp Nou, pero el estadio se dividió. Como lo dicta el reglamento, FC Barcelona tuvo que conceder el 50% de la capacidad de su inmueble para que los aficionados vascos disfrutaran a su equipo en una nueva final de Copa del Rey.
Previo al arranque del partido, ambas aficiones armaron un mosaico para apoyar a su respectivo equipo. Los colores rojo/blanco y azul/grana se apoderaron de uno de los estadios más hermosos del planeta. Las imágenes que se pudieron apreciar en esa ceremonia protocolaria son de colección.
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