Uruguay vs Italia, partido de la jornada 3 de la fase de grupos del Mundial Brasil 2014. Amabas escuadras se jugaban la vida. La cosa era muy sencilla: la selección que ganara avanzaba a las rondas KO de la competencia más importante del planeta. El duelo fue muy equilibrado y de pocas ocasiones de gol.
Corría el minuto 79, cuando Luis Suárez comenzó a forcejear con Giorgio Chiellini en el área de la Azzurrra. Dentro del jaloneo entre ambos futbolistas, el ‘9’ de la Selección de Uruguay le dio una mordida al defensor italiano. El futbolista de la Juventus cayó al suelo y comenzó a reclamarle airadamente al silbante mexicano Marco Antonio Rodríguez.
Suárez, por su parte, actuaba como si hubiera recibido un impacto en la boca. Por increíble que suene, ninguno de los miembros del cuerpo arbitral vio la jugada, por lo que Suárez siguió en el terreno de juego. El partido lo terminaría ganando Uruguay por la mínima diferencia con tanto de Diego Godín.
Tristemente para su causa, Luis tuvo poco que celebrar. Las cámaras tomaron su mordida y la FIFA anunció que su agresión sería objeto de sanción. El máximo organismo del fútbol en el mundo fue muy severo con el goleador sudamericano, argumentando que consideraron sus antecedentes con PSV y Liverpool (mordidas a Bakkal, Ivanovic y supuesto racismo contra Evra). La sanción fue de 4 meses sin ninguna actividad relacionada con el fútbol y 9 partidos oficiales a nivel internacional.
En principio, Suárez ni siquiera podía acercarse a una cancha o visitar a sus compañeros en la Selección de Uruguay. Después, tras sus apelaciones ante el TAS, le permitieron entrenarse con su club hasta que pasaran los 4 meses de sanción. Chiellini, el jugador agredido, dijo que la sanción para Lucho había sido muy exagerada.
“Ya dije lo que pensaba al respecto, incluso después del incidente. Me gustaría que revisen la sanción, aunque no son decisiones que dependen de mí. La encuentro un poco exagerada. No hay enojo contra Suárez por algo que pasó en la cancha. Siento que la sanción ha sido excesiva. Sinceramente espero se le permita, por lo menos, estar cerca de sus compañeros durante los partidos porque el veto es desalentador para cualquier jugador», declaró el férreo marcador italiano.
Suárez, por su parte, se disculpó publicamente: «Después de unos días de estar en casa con mi familia he tenido la oportunidad de recuperar la calma y de reflexionar sobre la realidad de lo que sucedió en el partido Italia-Uruguay celebrado el 24 de junio de 2014. Con independencia de las polémicas y de las declaraciones contradictorias que se han producido durante estos días, todo ello sin haber querido interferir en el buen hacer de mi selección, lo cierto es que mi compañero de Giorgio Chiellini sufrió en el lance que tuvo conmigo los efectos físicos de un mordisco y por ello: Me arrepiento profundamente. Pido perdón a Giorgio Chiellini y a toda la familia del fútbol. Me comprometo públicamente a que nunca volverá a ocurrir un incidente como este con mi intervención».
El máximo goleador histórico de la Selección de Uruguay fichó por el FC Barcelona, bajó la cabeza, se dedicó a trabajar, volvió tras 4 meses y la rompió como pocos imaginaron: 25 goles, 21 asistencias y 3 títulos. Mientras tanto, la FIFA vive el capítulo más oscuro de su historia. Las vueltas del fútbol…