Goleador de raza. Desde sus primeros días en un terreno de juego sabía que lo suyo era el área, y nunca más se movió. En principio, comenzó a jugar como delantero porque su padre, ex futbolista, le aconsejó que lo hiciera porque en esa posición se ganaba más plata pero, con el pasar de los años, se enamoró de la sensación que únicamente se despierta cuando mandas guardar el balón al fondo del arco rival.
Nunca intentó jugar otra posición. Radamel Falcao García luchó y, contra todo pronóstico, logró hacerse espacio en uno de los clubes más importantes del continente americano siendo extranjero. La rompió en River y, pronto, llegó su oportunidad el fútbol europeo. Con Porto, fue la sensación: 72 goles, 15 asistencias, 87 partidos y 7 títulos.
Luego de romperla en Porto, el siguiente paso era jugar en un Liga TOP del viejo continente. Atlético de Madrid le dio la confianza, y El Tigre respondió. Radamel no tuvo un inicio sencillo, pero se marchó siendo ídolo. En sus días como rojiblanco marcó 70 goles en 91 partidos y conquistó 3 títulos. Radamel regaló noches memorables con la camiseta del club del Vicente Calderón.
Sus días en el Atlético lo llevaron a ser considerado uno de los mejores ‘9’ del mundo. En 2012 y 2013 era, sin lugar a dudas, el centrodelantero que mejor momento vivía en todo el viejo continente. Los gigantes de Europa lo querían pero, sorpresivamente, Falcao eligió el AS Mónaco.
Con su llegada a Francia vino la debacle: se rompió los ligamentos, estuvo fuera de las canchas casi 8 meses, fue cedido al Manchester United y en Old Trafford nunca logró sentirse cómodo. Después de dos años complicadísimos, José Mourinho, uno de los entrenadores que lo querían desde 2013, le brinda una oportunidad para volver a la cima del mundo del fútbol.
Radamel sabe que, quizá, es su última oportunidad para retomar la élite, así que no la querrá desaprovechar. José Mourinho, por su parte, tiene al delantero que sueña con recuperar…