Nadie lucha y se entrega como él. Se deja todo en cada balón que pelea. No le importa si es en el área rival o en propio campo, nunca se guarda nada. Javier Mascherano ha celebrado muchísimas cosas a nivel clubes y varias más con selecciones con límite de edad, pero con la Selección absoluta de Argentina sigue sin poder campeonar…
En Chile 2015, Argentina alcanzó una nueva final de Copa América. Para algunas sería la primera, pero no para Javier. El Jefecito estaba por encarar su tercera final de la justa continental más importante y, tras el trago amargo en las dos anteriores, quería ganar a como diera lugar.
Como en todos los partidos, Javier se entregó totalmente. No podía más, pero regaló piques en el tempo extra, hizo coberturas magníficas sobre la hora y, aunque cometió un par de errores, no dejó el campo de batalla. En los penales, la fortuna no sonrió y Mascherano volvió a ver la Copa de lejos…
«No encuentro una explicación… la verdad quisiera disfrutar con esta camiseta como nadie y, bueno, me toca sufrir», dijo Javier entre lágrimas en zona mixta.