Hace 9 años, Italia celebraba en Berlín la cuarta Copa del Mundo de toda su historia. Luego de vencer a Francia en la tanda de penales, la Azzurra rompió con una sequía 24 años sin consagrarse campeones en la competencia más importante del planeta.
La figura italiana de la justa mundialista fue el defensor Fabio Cannavaro, mientras que los villanos galos terminaron siendo Zinedine Zidane, quien se hizo expulsaron en el tiempo extra por un cabezazo sobre Materazzi, y David Trezeguet, hombre que erró el penal en la tanda definitiva.
El partido fue apretadísimo. Ninguno de los combinados quería regalar nada. Los tantos cayeron en los primeros minutos y, después, las ocasiones de gol fueron pocas. Por Francia convirtió Zizou con un exquisito panenkazo y por los italianos marcó Materazzi en un tiro de esquina ejecutado por Andrea Pirlo.
La jugada que marcó la final se dio en el tempo extra, cuando Zidane fue provocado por Materazzi y le propinó un fuerte cabezazo en el pecho. El árbitro central no lo vio, pero su cuarto árbitro sí se percató y el genio francés se fue expulsado. Pese a la diferencia numérica, el duelo se fue a penales y, aunque la expulsión no afectó en los minutos de juego, afectó en lo anímico al resto de los franceses.
En los penales, los 5 italianos (Pirlo, Materazzi, De Rossi, Del Piero y Grosso) lograron convertir, mientras que por los de Domenech falló el héroe de la Euro 2000, David Treeguet.