Zlatan Ibrahimovic aprovechó los últimas días de sus vacaciones de verano para ir a Rosengard, el barrio marginado en Malmo en el que se formó como persona y futbolista. El delantero del PSG compartió postales en sus redes sociales de las calles en las que pasaba horas con sus amigos jugando y, alguna que otra vez, buscando la manera de robar una bicicleta para asistir sin tantas dificultades a sus entrenamientos.
Además de hacerlo por diversión, Zlatan admitió que la principal razón por la que llegó a robar bicicletas era para llegar a tiempo al campo -que estaba a tres kilómetros de distancia- en donde entrenaba con Malmö FF.
«Cuando necesitábamos algo ibamos a la tienda y lo robábamos. Tenía una gran relación con las bicicletas», contó Ibrahimovic hace un par de años, en entrevista con la BBC.
El ex jugador del AC Milan recuerda que en alguna ocasión le robó, sin darse cuenta, la bicicleta a uno de sus entrenadores de categorías inferiores. «Lo tomó muy bien. Me pudo haber hecho algo, pero cuando se enteró se echó a reír», dice entre risas el actual jugador de PSG.
Zlatan ha reconocido que tuvo muchas limitaciones durante infancia, pero siempre ha sentido mucho orgullo cuando ha tenido de mostrarle a todos sus seguidores su lugar de origen: «Vengo de Rosengard. En Suecia se considera un barrio marginado, pero para mí era un paraíso. Crecí allí y tenía muchos amigos. Puedes sacar al chico de Rosengard, pero no puedes sacar a Rosengard del chico. Nadie hubiera pensado que alguien nacido ahí iba a lograr una carrera exitosa en el fútbol».
Incluso cuando reflexiona sobre la imagen que muchas personas tiene sobre él sin siquiera conocerlo, afirma: «De donde yo vengo nunca se juzga a una persona sin conocerla. Yo nunca haría eso».
Del barrio que ven en las imágenes surgió Zlatan Ibrahimovic, el GIGANTE DEL FÚTBOL.