No hay marcha atrás y él lo sabía. Por más que supiera que el momento de decir adiós llegaría, era imposible estar preparado. Antes de que comenzar a leer la carta que preparó para despedirse del Real Madrid, Iker Casillas no pudo contener el llanto. El mejor arquero en la historia del fútbol español tuvo complicaciones para despedirse del equipo en el que ha estado vinculado durante 25 de sus 34 años de vida.
Preparó lo que tenía que decir precisamente para evitar que las lágrimas se le escaparan, pero saber que estaba diciendo sus últimas palabras en el club al que llegó cuando apenas 9 años hizo que se quebrara. No podía ser de otra manera.
Dejará su arco solo y, sin importar las circunstancias del adiós, esas lágrimas tenían que salir… porque dice adiós al que fue, es y siempre será el club de sus amores.
Algo tiene que quedar muy claro, Invictos. Iker jugará en otro equipo y eventualmente se retirará, pero del Real Madrid no se irá nunca. Su LEGADO ES ETERNO.