Hace más de una década, en el mundo del fútbol comenzó a retumbar el nombre del un chico estadounidense nacido en Ghana que pintaba para cosas grandísimas. ¿Su nombre? Freddy Adu. Razones para creer que se convertiría en un jugador de élite había muchas…
Con apenas 14 años de edad había firmado con un club de la MLS, en torneos juveniles con Estados Unidos la rompió de forma escandalosa y su debut en Primera División llegó sin siquiera haber rebasado los 15 años de edad. Era un prodigio. Tanto, que algunos comenzaron a llamarlo el Pelé estadounidense. Y es que verlo jugar era garantía de espectáculo:
Tenía 14 años cuando asistió a su primer Mundial U20. Empezó a brillar tan joven, que tiene en su historial 3 MUNDIALES JUVENILES U20. Su debut a nivel absoluto llegó cuando apenas tenía 16 años de edad, convirtiéndose en el jugador más joven en debutar en toda la historia de la Selección de Estados Unidos.
Su primer club en la MLS fue DC United y las cosas seguían pintando bien. Muchos veían en Adu al heredero de Landon Donovan en la Selección de Estados Unidos y a un jugador que tenía condiciones para romperla en Europa. En 2007, su oportunidad europea llegó. Benfica pagó 2 millones de dóalres y lo fichó. Recién había cumplido los 18 años de edad.
Con su boleto a Europa comenzó la declive. En Portugal poco pudo hacer. Benfica, con la intención de que tuviera regularidad lo cedió a varios equipos y nunca logró responder AS Mónaco, Belenenses, Aris y Çaykur Rizespor lo tuvieron en Europa y, en ninguno, se pudo consolidar.
Después de militar en 5 clubes europeos, Adu decidió que era el momento de regresar a donde comenzó todo: la MLS. Philadelphia Union confió en él y lo repatrió. En el fútbol de su país volvió a regalar destellos, pero siguió siendo un futbolista inconsistente.
En 2013, Philadelphia decidió mandarlo a Brasil a cambio de Kléberson. En Brasil apenas jugó algunos partidos y decidió iniciar una nueva aventura por el fútbol del viejo continente. Hizo pruebas con clubes ingleses, noruegos y holandes, pero en ninguno logró convencer.
Terminó fichando por el Jagodina de Serbia, donde únicamente jugaría 1 partido en 6 meses. Después llegó al Kups de Finlandia, club en el que disputó 6 partidos sin pena ni gloria. Y este 15 de julio ha sido anunciado como nuevo jugador del Tampa Bay Rowdies de la NASL. Sí, el segundo circuito del fútbol estadounidense.
Quienes lo conocieron en las divisiones inferiores aseguran que era, con diferencia, el talento más prometedor del sistema por encima de jugadores que hoy militan en la Selección absoluta de Estados Unidos como Michael Bradley y Jozy Altidore. Tristemente, no supo manejar la presión y el entorno.
Freddy era un chico muy pobre y, en muy poco tiempo, comenzó a ser uno de los mejores pagados del fútbol estadounidense. Tampoco le fue fácil adaptarse a vestidores con jugadores consolidados que eran menos populares y tenían un sueldo inferior al de él.
El tema mediático lo rebasó, el mundo del fútbol se lo comió y, 11 años después de haber debutado, busca recordar ese sensación que tenía cuando convertía un gol sacándose de encima a 5 o 6 rivales…
«Mi familia fue realmente pobre. Mi mamá tenía 2 o 3 trabajos para poder sacarnos adelante a mí y mi hermano. Entonces, si Nike venía y me decía que me iba a dar un millón de dólares y la MLS quería hacerme el jugador mejor pagado con 14 años de edad, no puedes negarte. Simplemente no puedes. Le dije a todo que sí y, por eso, descuide lo más importante. Hice muchas apariciones, promociones y entrevistas, y todo eso me alejó del campo y el fútbol. La gente me llegó a ver más como una herramienta de marketing que como un futbolista.