«A nosotros nos ha tocado con Huntelaar y Tévez en los pasados Mundiales, el fútbol da y quita». De acuerdo. Son condiciones y jugadas muy distintas, pero entendemos el punto. «¿Por qué no pasa ‘nada’ cuando el fútbol nos quita y por qué se hace un escándalo cuando nos ‘dio’?» Sencillo, porque se puede MARCAR DIFERENCIA. Hacer algo porque otros lo hacen, no te hace grande. Hacer lo que otros no hacen, cuando sabes que es lo justo y correcto, SÍ
El camino hacia la grandeza es muy angosto y está muy poco transitado. La razón es sencilla: muy poca gente está dispuesta a MARCAR DIFERENCIA. Hacer lo que la mayoría hace suele ser lo más fácil y aceptado, pero muchas veces no es lo correcto…
En el partido correspondiente a las semifinales de la Copa Oro entre México y Panamá, México y Andrés Guardado -como conducto- tuvieron la oportunidad de sentar un precedente. Tuvieron la oportunidad de superar el impetuoso deseo de la victoria. De sobrepasar lo deportivo. Y de vencer al mismo fútbol.
Los errores arbitrales, como muchos acertadamente apuntan, son parte del fútbol: dan y quitan. Pero muy pocas veces se tiene la oportunidad de no permitir que esos errores influyan en el resultado de un partido. México, tras la pausa por el abandono parcial panameño, la tuvo. Se sabía que no había sido penal o al menos eso dio a entender Guardado, y no se aprovechó.
MARCAR DIFERENCIA nunca ha sido sencillo. Precisamente por eso, el camino hacia la grandeza es tan estrecho, porque son muy pocas las personas que tienen el valor y la determinación de tomar una decisión que puede traer consecuencias mayores e impredecibles.
No se trata de crucificar a Andrés o al mismo Miguel Herrera, se trata de apuntar una realidad. México apeló a la esencia del fútbol (que incluye fallas arbitrales) y el deseo inherente de ganar, para no hacer lo que era JUSTO Y CORRECTO. Se valió del argumento «a nosotros también nos ha tocado estar del otro lado» para no hacer lo que su conciencia les dictaba que hicieran.
Algunos se apegan a la profesionalismo para respaldar que se haya ejecutado bien la pena máxima y, en el estricto significado de la concepto, tienen razón: hay compromisos contractuales y pactos que se tienen que cumplir, pero éstos no deberían rebasar nuestros valores y creencias.
«Y la mano de Maradona, y la mano de Henry y el clavado de Robben». La comparación no cabe. Los jugadores mencionados intentaron engañar o hacer trampa. Andrés y México, no. Ellos no pidieron que se señalara el penal, no intentaron engañar al árbitro y no quisieron sacar ventaja. Lo que pasó fue que tuvieron una oportunidad para hacer las cosas distinto y no la aprovecharon.
México y Guardado no atentaron contra el FairPlay, como muchos pensamos en un principio. No se atentó contra el juego limpio, porque no se pretendió engañar ni hacer trampa. Sencillamente se dejó escapar una oportunidad para salirse del script y superar situaciones que van más allá de un partido de fútbol.
Dejamos muy claro que no estamos atacando a Andrés Guardado. Al capitán le admiramos muchísimo y creemos que ha sido lo mejor de México en Copa Oro. Simplemente, sentimos la necesidad de apuntar que, el 22 de julio del 2015, un equipo de fútbol pudo marcar diferencia y NO LO HIZO.