Después de romperla con Pumas UNAM y Cruz Azul, José Francisco Fonseca Guzmán se hizo un lugar en la Selección de México. Desde su debut internacional demostró que estaba para cosas importantes, ya que se presentó marcando un doblete. Le tomó poco tiempo ganarse la confianza de Ricardo Antonio La Volpe y logró meterse en la lista para la Copa Confederaciones y el Mundial de Alemania 2006.
Tal y como se esperaba, El Kikin brilló, marcando en ambas competiciones. Inolvidable aquel gol que le marcó a Oliver Kahn en la Confederaciones y el tanto que le hizo a la Selección de Portugal en la justa mundialista. Delanteros como Adriano, Pauleta y Podolski lucían insignificantes ante la figura inconmensurable de Fonseca.
Sus majestuosas actuaciones lo llevaron al Benfica de Portugal, donde en muy poco tiempo se convirtió en toda una leyenda. Disputó poco más de 10 partidos y marcó 3 anotaciones, registros que únicamente se pueden comparar con los que actualmente firman Lionel Messi y Cristiano Ronaldo en el fútbol español.
Por su carisma, ángel e importancia en el equipo, Fonseca hizo en meses lo que a jugadores como Nuno Gomes y Rui Costa les tomó años: CONVERTIRSE EN LEYENDA DEL BENFICA. Algunos, incluso, se atrevían a ponerlo un escalón abajo de Eusebio, el más grande en la historia de la institución.
Pese a que le rogaron que se quedara, Fonseca se marchó para derrochar talento en el Estadio Universitario con la camiseta de Tigres UANL. Además de la ilusión que le hacía volver al fútbol de su país, el imponente ariete quería pasar más tiempo con la que era su novia en aquellos días: Jacqueline Bracamontes (no lo culpamos).
8 años después de su adiós, la afición del club portugués aún le recuerda y, con la llegada de Raúl Jiménez, lo primero que les vino a la mente fue El Kikin. Los hinchas confían que el ex Atlético de Madrid pueda acercarse a lo que consiguió Fonseca. Decimos ‘acercarse’, porque todos sabemos que superar su legado será imposible…
No todos te dan tu lugar en la historia, pero acá NO se te olvida, LORD FONSECA.