Nacido en un barrio marginado en el que pasó días realmente complicados, Carlos Tévez tiene un concepto de sacrificio muy distinto al que podrían tener muchos otros jugadores de fútbol. Para él, concentrar y hacer cosas relacionadas con el fútbol son detallitos menores si se compara con lo que hace la gente que trabaja de sol a sol todos los días.
«¿Qué es sacrificio? Sacrificio es lo que hacía mi viejo, lo que hacen mis amigos y lo que hacen los laburantes que se levantan a las 5:00 am y llegan a las 7:00 pm a la casa. Eso es sacrificio. Yo no hago sacrificio. Yo hago lo que me gusta. Yo juego al fútbol. A mí me pagan por hacer lo que a mí me gusta. Si vos lo ponés a mi viejo o a cualquier laburante que tiene que salir a trabajar y le dices ‘te gusta lo que hacés’ yo creo que el 60% o 70% te va a decir que no», dijo Tévez en el programa Animales Sueltos.
¿El futbolista hace sacrificios? «Y yo creo que sacrificio… sí, no estar con mi familia y concentrar, pero sacrificio, en verdad, hacen los que se levantan a los 5:00 am y vuelven a la casa a las 7:00 pm, y no saben si les llega la plata a fin de mes. Eso es sacrificio».
Para Tévez, una persona que no hace lo que le gusta difícilmente será exitoso. El delantero de 31 años de edad recordó sus días con el Manchester City en el que perdió sus ganas y deseos de jugar al fútbol por diferencias con el entrenador.
«¿Se puede triunfar cuando hacés algo que no te gusta? No. Me pasó. Cuando me peleo con Mancini se me habían ido las ganas de jugar al fútbol. No encontraba ese cosquilleo que uno tiene dentro, de disfrute. Lo notaba porque, cuando estaba en la cancha me daba igual ganar o perder. Y creo que, cuando se pierde eso, se pierde la esencia de uno, porque yo nací jugando al fútbol y creo que ese cosquilleo lo tuve desde muy chico… y siempre traté de buscarlo dentro mio. Cuando uno no está metido en el partido, trato de buscar ese cosquilleo de cuando jugaba en el barrio, cuando jugaba con mis amigos y trataba siempre de encontrar algo para motivarme y hacerlo bien dentro de la cancha. Si te gusta lo que hacés, tenés gran posibilidades de que te vaya mejor».