Actualmente milita en el Atlético de Madrid de la Primera División de España y ha comenzado a ser considerado por la Selección absoluta de Argentina, pero el camino hasta ahí no fue nada sencillo… Vivió una infancia complicadísima por el fallecimiento de dos familiares y el fútbol terminó siendo su ruta de escape.
«Fue muy duro todo. Tuve una infancia muy dura porque a los 10 años murió mi papá y a los 12 mi hermano mayor. En esa edad me fui a la pensión de San Lorenzo. Por eso, cuando llegan estos momentos (ser convocado) así, de estar en estos lugares privilegiados y únicos, a uno lo ponen muy feliz», declaró.
Le costó mucho llegar al lugar en el que está: «Es muy difícil cuando sos de un barrio humilde. Te cuesta todo el doble, todos te tiran abajo. Todos te dicen que vas a terminar siendo un drogadicto o en la cárcel. También quedó demostrado que hay gente de barrio que no es así. Que con esfuerzo todo es posible».
Por si fuera poco, Ángel tuvo un problema en el corazón que puso en riesgo su carrera futbolística. Afortunadamente, logró superar el inconveniente y está de vuelta en el rectángulo verde. Curiosamente, su primer llamado con Argentina lo vive en un país al que prometió nunca volver: «Después de la operación le dije a mi representante: ‘Nunca más vuelvo a Estados Unidos’. Hace un año pasó y ahora estoy acá para vivir este momento único».
Debutó con San Lorenzo, logró brillar en el campeonato argentino, fue campeón de la Copa Libertadores y ha destacado mucho con las selecciones juveniles de argentina. Ahora, su objetivo es consolidar su carrera en Europa, pero lo hace disfrutando de cada momento: «Todo el esfuerzo que hice de chico ahora que estoy acá dio sus frutos. Es algo hermoso, lo estoy disfrutando al máximo».
Con 20 añitos, Ámgel sueña con debutar con la selección absoluta y seguir siendo recurrente. Cuenta que espera poder tirar paredes con el que, para él, es el mejor jugador del mundo: «Estuvimos jugando juntos en los entrenamientos. Espero poder tirar muchas paredes más con Messi, es el mejor del mundo».
¡GRANDE ANGELITO!