Sonaba el silbatazo final en el Castelao, Brasil había sellado su boleto a semfinales tras vencer 2-1 a la Selección de Colombia. La tribuna era una locura, en el terreno de juego algunos brasileños se tiraban al piso y otros tantos gritaban/brincaban de la felicidad, el único que no hizo lo que normalmente se hace cuando se gana fue David Luiz Moreira Marinho.
El central del PSG abrazó a Thiago Silva, su dupla en la central, e inmediatamente se dirigió al mediocampo para encontrarse con un destrozado joven colombiano que había guíado al conjunto colombiano a su mejor actuación histórica en una Copa del Mundo. David se acercó a James, lo abrazó, y le pidió a toda su afición que lo ovacionaran.
Más de un año después, el experimentado defensor brasileño explicó, en entrevista con Bleacher Report, todo lo que aconteció con el hoy futbolista del Real Madrid aquel día: «Lo de James Rodríguez fue todo muy espontáneo. Todos vieron la Copa del Mundo que estaba teniendo. En ese momento todos cambiaban camisetas, lo vi llorando y entendí lo fuerte que había trabajado Colombia para llegar hasta ahí. James había tenido un gran torneo junto a una gran generación de futbolistas colombianos y la verdad es que me sentí triste por él en ese momento».
David concluyó la historia diciendo una extraordinaria reflexión: «Lo que he aprendido en la vida es que no siempre se puede ganar, especialmente en el deporte, pero puedes ser un verdadero campeón por todo lo que haces para conseguirlo».