Con apenas 21 años de edad, Cesc Fàbregas se plantó en la tanda de penales de los Cuartos de Final de la Eurocopa 2008 ante uno de los porteros más grandes de todos los tiempos: Gianluigi Buffon. Su penal era el decisivo. En sus pies estaba seguir avanzando o volver a quedar en la orilla…
El jugador que, en aquel entonces, militaba en Arsenal no dudó. Tenía decidido hacia dónde patear y terminó engañando a la leyenda italiana. Después de décadas y décadas de fracasos, España volvía a meterse entre lo mejor del fútbol del viejo continente.
Más de 7 años han pasado desde aquella mágica noche y Cesc no olvida. A pesar de que fue protagonista en el primer Mundial de España y en la segunda Eurocopa consecutiva de La Furia Roja, el hoy jugador del Chelsea recuerda con mucho cariño aquel penal que marcó en Viena.
«Soy un privilegiado. Ese momento fue de lo más grande que he vivido en mi carrera. Con 21 añitos pude vivir ese momento único. Y ojo, que ganar un Mundial es lo máximo a nivel futbolístico y no hay nada mejor, pero si que esa Eurocopa… esos momentos, fueron muy, muy bonitos», asegura el catalán.
Cesc sabe que su carrera internacional ha sido un sueño total: «Verte involucrado en unos Cuartos de Final de una Eurocopa, metiendo un penal muy importante. Dar dos asistencias en la semifinal de la Eurocopa… Ganar una Eurocopa para España… Ser protagonista en la final de un Mundial, ser protagonista en el gol más importante en la historia del fútbol español. Soy un privilegiado».