Diversión, innovación, motivación y pasión. Esos han sido los principios que ha tratado de seguir Klopp desde que se inició como DT. Su nombre comenzó a retumbar en el mundo del fútbol gracias a su trabajo en Borussia Dortmund, club que confió en él pese a venir de la Segunda División de Alemania.
Desde que comenzó su aventura en el club amarillo tenía muy claro que el resultado era importante, pero veía aún más significativo generar un fútbol que provocara nuevas sensaciones entre los aficionados. Su idea era dejar algo más que el simple e importante resultado y, después de 7 años, no hay ninguna duda que lo consiguió…
«Si 80.000 personas vienen cada dos semanas al estadio y en el campo se juega un fútbol aburrido, una de las dos partes, el equipo o los fans, tendrá que buscarse un nuevo estadio. Muchos de nuestros aficionados recorren 800 kilómetros para vernos y vivir algo especial. Hay que ir a todo gas. Lo hemos llamado ‘fútbol a todo gas’. Queríamos derrochar vitalidad. Preferíamos dar cinco veces en el larguero que quedarnos cuatro veces sin tirar a la portería. Mejor perder. Ese fue el comienzo. Tienes que vincular a la gente al club. Los partidos deben tener un efecto más allá del resultado. Todo el mundo sabe que se ha ganado 3-1. Pero lo que se siente es el tiro, el gol, la parada: eso lo llevas dentro toda la semana. Si ganas 1-0 y el juego ha sido muy vivo, el fútbol queda legitimado», dijo Klopp hace un par de años en entrevista con el diario El País.
Se fue Barrios, estaba Lewandowski. Götze dijo adiós, ya tenían a Reus. Lewandowski decidió marcharse, se ficha a Aubameyang. El reto de Jürgen siempre fue hacer más con menos. Exigirse, vencer a los monstruos/fantasmas y, sobre todo, DIVERTIRSE.
«No me interesaría tener a Xavi, Messi y Cristiano en el mismo equipo. Ser mejor de todas todas es como si me pongo a jugar al tenis contra una niña de tres años y estoy al otro lado y remato con fuerza y la niña está ahí de pie con la raqueta. No es divertido. Pero si al otro lado hay un hombre y jugamos al ping-pong, si gano está bien y si no gano probablemente me haya divertido», narraba Klopp antes de la final de la UEFA Champions League de 2013.
El fenómeno de Klopp es inusual y esto es provocado porque ha logrado que se recuerde más la forma que el fondo. Los títulos se quedarán las vitrinas, pero la manera en la que los consiguió será recordada por siempre. Títulos, triunfos históricos y el resurgimiento de un equipo que hace 10 años rozó la bancarrota. Un entrenador se encarga de la dirección/instrucción de un grupo de jugadores, Kloppo fue más que eso.
«Yo no solo quiero ganar….¡también quiero sentir!», así se resume la filosofía de Jürgen Norbert Klopp, el nuevo DT del Liverpool.