Antoine Griezmann no quiso celebrar uno de los mejores goles que ha conseguido como futbolista profesional por una sencilla razón: se lo hizo al equipo de sus amores.
El futbolista del Atlético de Madrid burló a tres jugadores y al arquero, pero cuando el balón había superado la línea de gol se dio cuenta que le había marcado al equipo de sus amores en la cancha que fue su casa durante cinco temporadas. Gol, calma y mirada al suelo…
Al final del encuentro, Griezmann explicó la razón por la que decidió no festejar en Anoeta: «Nunca celebraré gol contra el club que me lo dio todo». El veloz, encarador, potente, definidor y dinámico futbolista francés no olvida que hoy es uno de los mejores jugadores del fútbol español gracias a lo que aprendió en San Sebastián defendiendo la camiseta de la Real Sociedad.