Fuera del campo era un chico humilde, callado y tranquilo, pero una vez que saltaba al campo se transformaba. Vivía el fútbol como nadie. Aún no se presentaba en Primera División, pero su nombre ya se conocía. Se habla de él como un jugador distinto. Un chico que hacía cosas que nadie podía con el balón.
Trabajó, esperó y destacó. El día soñado fue el 20 de octubre de 1976. Con apenas 15 años de edad, Diego Armando Maradona debutó en Primera con la camiseta de Argentinos Juniors. En aquel momento, instauró el récord como el jugador más jóven en disputar un partido de la máxima categoría del balompié pampero.
Con la camiseta número 16, ingresó para tratar de ayudar a su equipo a empatarle a Tallares de Córdoba. No lo consiguió, pero la sensación que dejó fue realmente positiva. En su primera jugada le tiró un cañito a Juan Domingo Cabrera…
«Desde chico tomaba el balón y hacía lo que quería. Nadie lo podía parar, era un chico bárbaro. Jamás en mi vida he visto a un chico que juegue tan bien siendo tan chiquitito. Cuando un partido era duro o se complicaba para nosotros, sabíamos que teníamos que darle la pelota a Diego y todo se solucionaba», decía Silvano Espindola, compañero de Diego en Los Cebollitas que también fue futbolista profesional.
Este partido marcó el inicio de la carrera de uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos…