Cuando se es padre la percepción del mundo cambia totalmente. Lo que antes provocaba un conflicto gigantesco se vuelve diminuto y la prioridades dan un giro radical. La vida es otra después de tener hijos y Lionel Andrés Messi, uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos, lo ha experimentado con la llegada de Thiago y Mateo.
Como futbolista profesional, se viven momentos muy difíciles, pero éstos se ‘aligeran’ cuando llegas a casa y ves a los tuyos. Las derrotas se viven de otra manera. El dolor se mantiene, pero el sentir general, tras ver a tus nenes, hace que veas el descalabro desde un panorama mucho más amplio.
«Disfruto de todos los días, de cada momento. Todos los días hace algo nuevo. Ya empieza a comunicarse, a hablar, y la verdad que es algo increíble. Es lo más importante de mi vida, lo mejor que me ha pasado nunca. Ha cambiado la vida radicalmente», dijo Lionel sobre Thiago el pasado mes de febrero.
Después llegó Mateo. Un día especial e inolvidable para Messi: «Fue un día en el que experimentamos muchas emociones. Un día de alegaría para todos nosotros». Con sus dos pequeños, su mirada ante la vida ha cambiado y, aunque aún le cuesta digerir sus derrotas, en casa encuentra consuelo: «Aún odio perder un juego, pero cuando llego a casa, sé que tendré consuelo viendo a mis hijos».
¿Sus mejores goles? ¿El que hizo en el Stadio Olímpico en la final de la UCL 2009 y el que hizo en Wembley en la final de la UCL 2011? No. Sus mejores goles son y siempre serán Thiago y Mateo.