10 de noviembre del 2009, el mundo del fútbol colapsó al enterarse que el guardameta alemán de 32 años, Robert Enke, se había quitado la vida. Era un referente del Hannover 96 y tenía grandes chances de estar presente en el Mundial de Sudáfrica 2010, por lo que la noticia conmocionó…
Robert murió luego de arrojarse a las vías del tren en la capital de Baja Sajonia. Falleció tras ser arrollado por un ferrocarril. Muchos aseguran que Enke no pudo soportar el fallecimiento de su hija de dos años en 2006 y, haberse quitado la vida, fue consecuencia de lo mismo, pero también se ha hablado de cuadros de depresión que nacieron en el rectángulo verde.
En el libro Una vida demasiado corta, el periodista Ronald Reng habla de algo más que su tristeza por haber perdido a su pequeña hija. En el escrito se destaca que la depresión de Enke está relacionada con el ‘calvario profesional’ que vivió. Durante toda su carrera habría sufrido mucho, pero las cosas se intensificaron cuando llegó al FC Barcelona de Louis van Gaal y todos le criticaban, mientras la figura de Víctor Valdés comenzaba a agigantarse.
Enke habría llegado al FC Barcelona por recomendación de Mourinho y, en esa etapa, habría llegado su ‘hundimiento personal’. Se obsesionó con Valdés y no toleraba la presión del entrenador de porteros, Frans Hoek, quien trataba de motivarlo con comparaciones con el holandés Edwin van der Sar.
El momento que lo marcó llegó en un partido de Copa, cuando FC Barcelona cayó ante un equipo de Segunda B y él encajó tres goles. Se autoinculpó del descalabro y sus compañeros le criticaron por su actuación ante la prensa. Sentía que la opinión que tenían de él en el vestidor no era lo mejor y su depresión creció.
Sus días en el FC Barcelona terminaron y Hannover 96 tocó a su puerta. En el club alemán alcanzó un nivel tan importante que volvió a ser considerado por la Selección de Alemania. A pesar de que las cosas iban bien a nivel individual, cuentan que todos los partidos le asustaban, pero no quería que nadie descubriera su temor.
No disfrutaba lo que hacía, vivía sumido en el miedo, tomaba antidepresivos y su mujer se la pasó luchando para tratar de ayudarlo. Aunque se perfilaba para asistir al Mundial de Sudáfrica 2010, unos meses antes de su suicidio no acudió a una convocatoria de la selección por un ‘virus’ que escondía un tema depresivo.
La muerte de su hija lo golpeó fuertamente, pero había vuelto a la carga y, con la llegada de su hija adoptiva (Leila), parecía había encontrado una nueva motivación. Tristemente, no fue así. El cúmulo de experiencias llevaron a Enke a tomar la decisión de terminar con su sufrimiento…
QEPD. Robert Enke (1977-2009).