El pasado fin de semana, el recién ascendido AFC Bournemouth venció al Manchester United en la Premier League. El triunfo fue muy especial y emotivo para los hinchas y jugadores del club, pero hubo un protagonista para el que significó mucho más que una victoria ante un histórico del balompié inglés…
Harry Arter, mediocampista de 25 años de edad, saltó a la cancha del Vitality Stadium días después de haber perdido a su hija. Por complicaciones en el parto, su pequeña perdió la vida y, pese a eso, decidió jugar ante el equipo de Louis van Gaal.
«Sentía que volver y despejar la mente lo haría un poco más fácil. Quería jugar para dedicar el partido a mi familia, a la que está y a la que no está», explicó el domingo el jugador en un comunicado.
Después del partido, el estratega Eddiw Howe confesó que dudó en ponerlo en el campo, pero tras conversar con él se convenció de que había que ponerlo: «Harry quería jugar. Tuve que evaluarlo, pero una vez hablé con él no tuve ninguna duda de que iba a hacerlo».
Arter salió del partido a cinco minutos del final tras recibir una tarjeta amarilla. Su entrenador lo recibió con un emotivo abrazo y, con ojos llorosos, ambos caminaron por la zona técnica: «Ha llevado con verdadera dignidad todo el proceso, y jugar como lo ha hecho, con tantas emociones corriendo por su cuerpo… Ha demostrado una fuerza enorme», comentó Boew.
Para Arter el duelo ante el United será inolvidable: «Mis compañeros han estado increíbles conmigo esta semana para hacerme las cosas algo más fáciles. Seguro que mi esposa, en casa, está orgullosa. Podremos recordar este partido con un enorme orgullo».