Vaya historias las que nos deja el fútbol, Invictos. Wendell Lira, futbolista que le ganó el Premio Puskas a Lionel Messi y Alessandro Florenzi, ha experimentado muchos contrastes en los últimos meses de su vida.
Después de que en marzo del año pasado marcara la anotación que en la Gala del Balón de Oro fue reconocida como la mejor del 2015, Wendell, que pensó en dejar el fútbol en forma definitiva por una serie de lesiones que sufrió en sus inicios con Goiás, salió del Goianésia para pasar al Tombense, equipo de la tercera categoría del fútbol brasileño.
El cambió no resultó ser nada bueno. Según reportes de El Clarín, tras solo cuatro partidos, por no haber sido del gusto del entrenador, quedó fuera del Tombense y su carrera quedó a la deriva porque no logró acomodarse en ningún equipo.
Tras unos tres meses sin equipo, su situación como desempleado afortunadamente dio un giro cuando fue incluido en la terna final del Premio Puskas, ya que Vila Nova, club que ganó la Serie C de Brasil en 2015, le abrió las puertas y le ofreció un contrato de un año.
Ya con acomodo en un equipo, viajo a Zúrich el 11 de enero de 2016 para vivir una experiencia única. Era momento de disfrutar que la anotación que consiguió cuando todavía jugaba en Goianésia tenía la posibilidad de ser la mejor del 2015 si vencía en las votaciones a la que Lionel Messi consiguió ante Atlethic Bilbao y la de Alessandro Florenzi contra FC Barcelona en la UEFA Champions League.
El resultado ya lo sabemos todos. Hidetoshi Nakata lo nombró como el autor del mejor gol del año que acaba de terminar y, con lágrimas en los ojos, recogió el reconocimiento enfrente de futbolistas que únicamente había visto por TV.
Ahora podemos entender más lo que sintió el futbolista de 27 años cuando tuvo entre sus manos el Puskas. Las lágrimas eran más que de emoción. Estaba viviendo algo que, por todo lo que había pasado, ni siquiera pudo soñar alguna vez. La pelota le regresó un poco a un joven que hace unos años ya trabajaba en una cafetería con su madre porque la idea de ser futbolista se había quedado en el olvido.
Y esa es la magia de la pelota, que, aunque a veces es caprichosa, trata bien a quién hace lo mismo con ella.

No hay que olvidar el nombre de Wendell Lira, el futbolista que pasó del desempleo a vencer a un monstruo como Lionel Messi en la ceremonia más importante de reconocimientos individuales en el mundo del fútbol.