Si debutó en la Primera División de Argentina con 15 años de edad era porque se trataba de un fenómeno, ¿no? Bueno, pues todos veían eso menos su padre. Sergio Agüero, actual delantero del Manchester City y la Selección de Argentina, recuerda lo exigente que era su papá con él cuando jugaba un partido.
Era tanto el grado de exigencia que El Kun confiesa que, en varios partidos, llegó a desear que su padre no estuviera entre los aficionados para poder estar más tranquilo: «Era muy exigente. Yo me daba cuenta con su mirada. Muchas veces estaba jugando y pensaba ‘que no esté mi papá, qué no esté, que estoy más tranquilo'».
Sergio confiesa que siempre buscaba entre los que veían el partido para ver si encontraba a su padre. El señor no se perdía ni un solo partido, pero a veces se escondía: «Cuando había mucha gente, yo buscaba en todas partes a ver si lo encontraba y, a veces, no lo encontraba y otra veces lo encontraba en un hueco espiando, porque él también pensaba que yo me ponía más nervioso».
En toda su formación infantil y juvenil, el señor Leonel del Castillo NUNCA le dijo a Sergio que hizo un buen partido. Aunque sabe que fue un poco duro, el hoy máximo referente del City cree que sus comentarios y consejos le sirvieron para no ser creído ni crecerse cuando apenas comenzaba su camino por el fútbol.
«Cuando lo veía ya me hacía caras como de negación. Y yo decía que ya me iba a poner a jugar bien porque si no, cuando termine me va a empezar a decir ‘qué malo que sos, sos un desastre…’. A la larga me sirvió porque siempre quería más. Con eso estaba muy bien. Nunca dejó que me creciera, que fuera creído. Nunca me decía ‘hoy jugaste bien ni hoy la rompiste’ porque por ahí decía ‘ah, hoy jugué bien y me conformaba’, pero no. Hasta cuando jugaba bien él me decía que yo jugaba mal».
Quizá no muchos comparten este grado de exigencia, pero al Kun le vino bien…