Desde niño destacó en los equipos en los que militó. Campeón de goleador en casi todos los torneos y, junto a sus hermanos mayores, brillaba por sus condiciones futbolísticas. Con tan solo 10 años de edad recaló en el Instituto de Córdoba, club en el que comenzó con su proceso formativo.
«Siempre se destacó, siempre salió goleador en el equipo que jugó. Siempre sobresalió y por eso el papá dijo que iba a llegar lejos en el fútbol», contó su madre en el documental La Joya.
Tenía un talento bárbaro y su padre lo sabía. El señor Dybala soñaba con ver a uno de sus tres hijos en Primera División, por lo que los apoyaba en todo lo que podía. No se perdía ninguno de sus partidos y trataba de aconsejarlos en todo momento aunque tuvieran actuaciones destacadas.
«Él siempre me iba a ver todos los partidos, estaba en todas las canchas viéndome y después de terminar el partido, por más que hacía dos o tres goles, me daba consejos y me trataba de corregir cada error. Quería ayudarme a crecer más rápido«, recuerda Paulo.
Tristemente para la familia Dybala, el señor perdió la vida cuando Paulo apenas tenía 15 años de edad. Decidido a cumplir el sueño que compartía con su padre, el más joven de la familia se concentró totalmente en el fútbol. Se mudó a Córdoba, llegó a la pensión de Instituto y se entregó al máximo para tratar de conseguir lo que ninguno de sus hermanos pudo: debutar profesionalmente.
«Siempre tuvo el sueño que alguno de sus tres hijos pudiera jugar profesionalmente al fútbol. Primero empezó con Gustavo, que no lo pudo hacer. Después con Mariano, que fue el que más cerca estuvo, pero no tuvo la suerte. Y, por último, yo, creo que fue más por fuerza de mi papá que mía, y pude cumplir el sueño de los dos», cuenta.
Dybala lo consiguió. En el curso 2011/12, con apenas 17 años de edad debutó con el primer equipo de Instituto. Marcó en su segundo partido oficial y se ganó el apodo de La Joya. Un año fantástico de debut le valió para llegar al fútbol europeo, donde actualmente se ha convertido en una de las sensaciones de la Serie A con la camiseta de la Juventus.
«¿El origen del apodo? Un periodista argentino, en su diario, después del segundo partido tras mi debut, que pude marcar, me puso como apodo La Joya, porque decía que iba a ser un diamante, que iba a llegar lejos», relata el hoy referente ofensivo de la Vecchia Signora.
El periodista argentino no se equivocó…