Cumpleaños de uno de los personajes más importantes en la historia del fútbol. La pelota lo ha acompañado durante toda su vida y lo seguirá haciendo. Un tipo revolucionario. Sus ideales lo hacen distinto. Implementa. Pregunta. Convence. Estudia. Y nunca deja de probar cosas que, para muchos, parecen arriesgadas.
Valoramos lo que ha conseguido con sus clubes y compartimos su manera de entender el fútbol. Pero, de todas sus cualidades, nos quedamos con su valentía y su espíritu revolucionario. Ve lo que otros no ven, y no se lo guarda. Lo expone. Y convence a los suyos en la búsqueda del cumplimiento de objetivos en común.
Coincidimos con Jorge Sampaoli: la mayor virtud de Pep es no tenerle miedo a nada. No temió darle las riendas del mediocampo a un jugador de 21 años en su primer año como entrenador del FC Barcelona. No temió convencer a un genio argentino -que creció jugando extremo- de que lo más conveniente para él y el equipo era cargarlo hacia el centro. Y no temió en darle el justo valor al cómo sin olvidar el qué.
El fútbol es un juego, pero la mayoría de sus protagonistas no llegaron ahí tomándose las cosas como si lo fuera. Disfrutamos y nos motiva la esencia del fútbol, pero también las historias detrás del mismo. Y la historia de Pep Guardiola es una de ellas.
En el mundo hay muchas mentes revolucionarias, pero hay muy pocos valientes. Los revolucionarios que se atreven son los que cambian la historia. Y el señor Guardiola lo ha conseguido. Admiramos al Pep entrenador. Al Pep valiente que no se pregunta qué tiene que hacer, sino cómo lo va a hacer.