Más allá de sus sueños como futbolista, Luis Suárez quería irse a jugar a Europa para reencontrarse con la novia de toda su vida: Sofia Balbi. Con 19 años de edad y sin siquiera superar los 50 partidos en la Primera División de Uruguay se le presentaron las oportunidades de ir a Holanda o Brasil.
Por el tema de Sofía se decantó por ir a Holanda: «Tenía 19 años y ella 16 cuando nos fuimos a vivir juntos en Groningen. Fue difícil, pero nos sirvió para madurar más rápido. Para crecer. Para disfrutar de la juventud. Me ayudo muchísimo a crecer. Viví cosas que nunca me voy a olvidar».
En Groningen se hizo de la titularidad, marcó 15 goles en 37 partidos y llamó la atención del Ajax, donde comenzó su consolidación en el fútbol europeo. Suárez recuerda al club de la capital de Holanda como la escuela de élite a la que asistió, ya que mejoró muchísimo en sus días con el club rojiblanco.
«Cuando firmé no sabía nada de inglés ni holandés. Apenas llegué y el club me puso un profesor para entender el holandés. Ajax es una escuela de Europa, ahí te enseñan mucho. Liverpool me dio el nombre que soy hoy en día, pero el Ajax me ayudó a mejorar muchas cosas. Yo no era muy técnico y en Ajax mejoré mucho. Aprendí muchas cosas ahí con jugadores que subían. Hacían movimientos que yo no tenía. Me quedaba después de los entrenamientos y mejoraba mucho. La filosofía es muy parecida al FC Barcelona, con distinta calidad, pero la filosofía de juego es parecida», confesó.
Suárez no duda al decir que sus días en Holanda lo marcaron como futbolista y persona: «Cuando fui capitán por primera vez tenía 22 años. Ser capitán en un equipo tan importante a nivel mundial como fue el Ajax significó mucho para mí. Pasar por el fútbol holandés fue clave en mi carrera porque crecí a nivel futbolístico y personal», añadió.
Del Ajax se despidió tras 159 partidos, 111 goles, 68 asistencias, 3 títulos y la admiración de toda la afición. Un jugador que dejó una huella imborrable en el balompié holandés.