Su talento para jugar al fútbol lo hacía destacar en donde se paraba. Tras pasar por los equipos de su localidad fue descubierto por Argentinos Juniors. Comenzó su aventura en el modesto club argentino y siguió brillando. Su rumbo cambió cuando un grupo de empresarios compró a varios de los chicos de la cantera de Argentinos.
Este grupo tenía arreglado todo para que fuera a jugar con River Plate, pero él se negó. El argumento del chico que soñaba con debutar fue que si firmaba con el club millonario no lo dejaban entrar más a su casa. Román recuerda, entre risas, que su madre le había dicho que si jugaba en River no lo iba a ver jugar nunca.
«Unos empresarios me compraron y tenían todo arreglado con River. Yo firmaba, pero mi mamá no me dejaba entrar más a mi casa. Me dijo que si iba a River, no me iba a ir a ver nunca», declaró en el programa Pura Química.
La razón de todo esto era muy sencilla: Riquelme fue hincha de Boca Juniors desde niño. Su madre sabía lo mucho que quería jugar en el club xeneize y no le agradaba la idea que se fuera al acérrimo rival aunque le pagaran más dinero.
Pese a la gran rivalidad entre Boca y River, Juan Román le guarda un gran respeto a los de Nuñez. El ’10’ tiene grandes amistados con ex jugadores del club y recuerda con cariño los Superclásicos. Eso sí, en casa no tiene ninguna camiseta de River, ni siquiera la de su gran amigo Pablo Aimar.
«A Pablo Aimar lo quiero mucho, pero no tengo ninguna camiseta de River. Tengo de Valencia, de la Selección. Para mí Aimar es más grande que Francescoli», finalizó.
Gracias a su madre y a su fútbol, Román terminó en Boca Juniors, donde disputó 388 partidos, marcó 92 goles, conquistó 11 títulos y se convirtió en uno de los máximos ídolos -quizá el máximo- en toda la historia del club.