Compartieron en Dorados de Sinaloa. Sí, aunque muchos no lo saben, el que para muchos es el mejor entrenador del mundo y uno de los mejores de la historia, Pep Guardiola, tuvo un paso fugaz por la Primera División de México.
Sebastián Abreu confiesa que disfrutó mucho de tener de compañero a Pep, ya que durante las concentraciones y ratos de trabajo conversó mucho con él y con Juan Manuel Lillo: «Fueron muchas tertulias sobre fútbol puro, sobre cómo perfilarse mejor en los controles orientados y esas cosas».
Después de la fugaz aventura en Sinaloa, Pep colgó los botines, se preparó como entrenador y comenzó a trabajar en el FC Barcelona. Abreu, por su parte, siguió probando del fútbol en distintos países. En uno de sus tantos exóticos destinos, El Loco reveló que, cuando jugaba en Israel, recibió una llamada inesperada de Guardiola. Y fue en ese momento cuando se dio cuenta que el catalán lograría grandes cosas como entrenador…
«Yo estaba en Israel jugando, en la previa de Champions contra el Wisla de Cracovia. El que pasaba iba luego contra el Barça. Un día recibo un llamado a mi número de Israel, que tenía muy poca gente. ¡Y era el marroquí (Pep)! Sí, nosotros le llamábamos así en México por el aspecto de su barba y su pelo. Y se quedó con el apodo. Aún hoy le llamo así. Él se muere de la risa… Bueno, pues me llama el marroquí y me empieza a consultar sobre cómo jugaban los polacos: si eran lentos, si los delanteros rompían, si hacían presión alta… Cuando colgué el teléfono, comprendí que Pep iba a ser un gran técnico. ¡Con el equipo que tenía en el FC Barcelona y estaba encima de los polacos! Es increíble», dijo en entrevista para Radio Marca.
Para muchos el fútbol es su trabajo. Para algunos, una obsesión. Y para otros, como Pep, su vida…