La charla de Juan Carlos Osorio en Marcaje Personal, programa de TvAzteca, provocó que canceláramos nuestros planes para irnos a disfrutar un poco del viernes previo a una jornada sabatina que, sabemos, será maratónica.
Hemos de confesar que no somos de ver programas deportivos después de una jornada de trabajo, pero en esta ocasión, curiosamente, dejamos la televisión en el canal que se transmitió el Santos vs Querétaro y nos encontramos con la ‘entrevista’ a Juan Carlos Osorio.
De haber sido una conferencia de prensa quizá nos habríamos marchado, pero al ver que tendría tiempo suficiente para expresarse decidimos no dejar de sintonizarlo. En los primeros cinco minutos lo notamos un poco tenso porque, probablemente, quería cuidar sus declaraciones.
Después, cuando comenzó a compartir su camino en el mundo del fútbol, se fue liberando. Se liberó tanto que, por momentos, la entrevista parecía una clase. Las preguntas a las que nosotros le llamamos ‘busca titulares ‘ las manejó bien y respondió en términos de cancha. Se mojó (como dicen en España) en algunos temas, pero no dijo más de lo que tenía pensado decir.
Más allá de su incuestionable conocimiento, nos agradó su claridad de exposición, cualidad que, quizá, no había podido exhibir en las sosas conferencias de prensa que suele atender previo o después de un partido. Sus mensajes llegan y, eso, en el fútbol es importante. En puestos como el de Osorio no basta con saber, hay que transmitir.
Pero bueno, entremos un poco a algunos detalles que nos llamaron mucho la atención…
PUNTOS INTERESANTES
→ Dibujo táctico. Preferencia por el 4-3-3. En ofensiva está claro que iría con dos extremos y un ‘9’. Y en el mediocampo habló de dos opciones: jugar con un mediocentro único y dos interiores o jugar con dos mediocentros y un mediapunta. De su exposición en este tema destacamos que habló de colocar a Giovani dos Santos como mediapunta e incluso como interior izquierdo por su manejo de balón y distribución. Aunque el dibujo táctico dependerá del rival, Osorio dejó claro que, basado en las condiciones de los futbolistas, los ha visualiazado en distintas posiciones. ¿Ejemplo? Pizarro podría jugar como interior, Orbelin Pineda, por ahí, podría ser utilizado como mediapunta y Erick Gutiérrez también podría ser habilitado como un resolutista (MP).
→ Visorias. Durante la charla, dejó claro que, en lo poco que lleva aquí, tiene muy bien estudiados a todos los jugadores que puede llegar a requerir. Nombres que no tienen tanta relevancia como Rivas, Marín, Fuentes o Torres Nilo podían ser un comodín en momentos específicos por su plurifuncionalidad y disposición. No cierra puertas a nadie y ha reiterado que los naturalizados, siempre que sean elegibles, serán considerados.
→ Líder, no jefe. En su intento por dar la nota, los sillonistas le preguntaron qué haría si quiere a un jugador para la Copa América y Raúl Gutiérrez quiere a ese mismo jugador para los Juegos Olímpicos. Por las reacciones, los miembros del programa esperaban que dijera que él mandaba y, al final, se haría lo que él decidiera. Pero, ¿qué respondió Osorio? Que se reuniría con Gutiérrez y el jugador para considerar sus puntos de vista y, juntos, llegarían a una resolución. El colombiano entiende que es un líder, no un jefe impuesto. Su decisión es la absoluta, pero la voz del jugador y personajes involucrados se escuchará. Lo que mencionamos no es poca cosa, ya que ésto suele diferenciar a un equipo de un grupo de trabajo.
→ Aventurado. Exagerado o no, vimos a un Osorio motivado y encantado con la calidad de jugadores que encontró en México. Se animó a decir que Héctor Moreno es uno de los diez mejores centrales zurdos del mundo (cosa que compartimos) y que Talavera tiene un juego aéreo como para jugar en la Premier League. Para conseguir, primer hay que creer. Y percibimos a un Juan Carlos creyente. Estas opiniones, en el tono en la que las dijo, deben motivar a los jugadores citados y al resto, para exigirse aún más.
→ No está por dinero. No tenía que decirlo, pero confirmó que en São Paulo FC ganaba lo mismo que lo que cobra con la Selección de México. Las dificultades que tuvo que enfrentar para salir de Brasil, en dónde estaba haciendo bien las cosas, dan muestra que lo deportivo tuvo más peso cuando tomó la decisión de asumir el cargo como seleccionador del combinado azteca. Vino porque quería dirigir a una selección que tuviera una filosofía similar a la suya. Vino porque quiere dirigir un Mundial. Vino por gloria.
→ Equilibrio. Conoce, comunica y transmite. Pero, a veces, en el fútbol unas palabras de aliento en un momento complicado pueden más que una charla táctica para tratar de romper al rival en el espacio que están dejando los interiores y los centrales. No todo puede ser una sesión táctica. No en México. Acá, en ciertos momentos, aún necesitamos de la palmadita, la llamada de atención eufórica y el festejo efusivo. Nos queda claro que conoce muy bien a los jugadores en su versión cancha, pero también los deberá conocer -así de bien- en su versión personal.
→ El fútbol vende. Si la charla de Osorio duraba cuatro o cinco horas, firmamos que, contrario a lo que muchos podrían pensar, la audiencia habría aumentado. Siendo una persona preaparada y poseedora de una comunicación eficaz, habló de una manera tan práctica que fue capaz de transmitir un mensaje totalmente futbolístico. Pese a que muchos cuestionamientos -para no variar- iban dirigidos a situaciones ajenas a lo que sucede en el rectángulo verde, Osorio no perdió el rumbo y expuso lo que se le antojó. Fue TT (tendencia) en Twitter por una razón: la pelota y jugadores, aunque a veces se nos olvide, siguen siendo los protagonistas. Hay que dejar de dedicar horas y espacios deportivos enteros a hablar de una declaración para analizar lo que sucede dentro del campo. Menos entorno, más cancha. Menos declaraciones, más análisis táctico. Menos polémica, más fútbol.
→ Ilusión. Siempre existirá. Con o sin Osorio. Pero cuando hay preparación ésta, inevitablemente, crece. Que el profesor sabe de fútbol y tiene credenciales, no hay ninguna duda. Habrá que ver cómo gestiona el siempre complicado entorno del fútbol mexicano, que muchas veces ha arrasado con otros personajes preparados.
No le deseamos suerte a Juan Carlos Osorio. Le deseamos éxito, porque el éxito se trabaja.