Gary Lineker, una de las más grandes leyendas en la historia del fútbol inglés y actual comentarista deportivo, escribió una emotiva carta para el club de su vida: el Leicester City. No, él no se está subiendo al barco en este momento de gloria, como muchos otros. Su padre es hincha de toda la vida del Leicester City y le inculcó el amor por el modesto club inglés desde sus primeros años de vida.
Fue tanto su sentimiento hacia el club que inició su carrera ahí y jugó durante casi 8 temporadas, logrando convertir más de 100 anotaciones. Gary es uno de los personajes que más está disfrutando de esta temporada, ya que el club de su vida está en camino a conseguir algo que, hasta hace algunos años, era un sueño inalcanzable.
Atentos al escrito del señor Lineker, Invictos. Vale mucho la pena…
CARTA DE GARY LINEKER
«Algo extraordinario está pasando en el mundo del fútbol. Algo que desafía la lógica. Algo realmente mágico. Algo que hace que me emocione porque ese algo que le está pasando a mi equipo. El equipo al que he apoyado desde que era del tamaño de un paquete de papas fritas.
Vi al Leicester City perder la final de la FA Cup en 1969 con mi padre y mi abuelo, cuando tenía 8 años lloré todo el camino a casa. Los he visto ascender y descender. Jugué ahí por 8 años. Incluso desembolsé algunas libras para salvar al club cuando estaba en quiebra. Pero nada se compara con ésto. Nada. Cosas como ésta no le pasan a clubes como el mío. Leicester está en la cima de la Premier League y no es septiembre, es marzo.
Este equipo, con un par de notables incorporaciones, es el mismo Leicester que, a estas alturas de la temporada pasada, estaba angustiado, aparentemente condenado, en el fondo de la clasificación general.
Lo que ha pasado desde entonces es remarcable. Primero, bajo la guía de Nigel Pearson, los Foxes protagonizaron un milagroso escape para mantener la categoría. Pearson, después, para la gran decepción de la mayoría de aficionados del Leicester, fue despedido, presuntamente por la lamentable conducta de tres jugadores jóvenes -uno de ellos su hijo- en la gira de pretemporada.
Entra Claudio Ranieri. En este punto sentí que debía venir y decir, como muchos otros, que era una decisión que inspiraba poco. En su último trabajo, dirigió a una Selección de Grecia que perdió ante las Islas Faroe.
Oh pero qué equivocado estaba, qué maravillosamente equivocado estaba. Las apuestas estaban de acuerdo conmigo, Leicester era el favorito para descender. Entonces, ¿quién podía predecir lo que ocurriría?
Lo que estamos viendo, al Leicester luchando por el título, es posiblemente el triunfo más improbable en la historia del deporte. Un grupo de individuos, que no podía ganar un partido de fútbol ni de broma hace un año, se ha convertido en una fuerza invencible. Un equipo con un espíritu y una unidad que pocas veces se ha visto. Todo hermosamente conjuntado por un canoso e inspiracional Tinkerman (apodo de Ranieri en sus días en Chelsea por sus rotaciones)
¿Cómo descrifamos lo indescifrable? Bueno, tengamos razones reales. Jugadores que tuvieron problemas en su primer temporada en la máxima categoría comenzaron a encontrarse, alentados, por supuesto, por el climax de la campaña. Jamie Vardy comenzó a convertir los goles que su extraordinaria velocidad y su monstruos esfuerzo prometían.
Riyad Mahrez, el genio de las piernas de twiglet, fue evocando su magia semana tras semana. La adición del ubicuo N’Golo Kanté junto al ajustador Danny Drinkwatter proporcionó una dupla de mediocampo sin rival en esta temporada de Premier League. En otros lugares, hay una energía descabellada con jugadores como Marc Albrighton, Shinji Okazaki y Jeffrey Schlupp.
Kasper Schmeichel ha estado tan sobresaliente en el arco como las obvias cualidades de liderazgo que manifiesta. Entonces, y esta es la parte más asombrosa de este sector, hay un ensamble de defensores jornaleros que han venido juntos para formar una línea de cuatro con la mentalidad ‘no pasarás’. En los cuatro de atrás hay experiencia y cabezas tranquilas.
Este no es un equipo que disfruta la posesión, es un equipo que explota la posesión del rival. Perfectamente organizado y fabulosamente competitivo, atacan con una electricidad brillante. Son excepcionales.
No sé si alguna vez, en toda mi vida, he deseado tanto que algo pase en el deporte. Me da una felicidad asombrosa observar el placer de mis tres hijos aficionados del Leicester City. Incluso mi hijo mayor, George, un aficionado de muchos años del Manchester United, está entusiasmado con los Foxes.
En cuanto a mi padre, él recientemente tuiteó: ‘he esperado ésto durante 70 años’. Me da una sensación, también, de que todos los fans del fútbol en todo el mundo se sienten de la misma manera. La presión se montará cada semana que pase. Con la expectativa viene el peligro. Ellos, hasta el momento, no han mostrado miedo. Ninguna señal de confusión en virtud de la magnitud de lo que podrían conseguir. Están en el borde de la inmortalidad deportiva.
No tengas miedo, mi equipo. Hazla tuya. Como Ricardo III decía: ¿A qué le temo? ¿A mí mismo?».