Su nombre es Nizar Trabelsi y hace unos años había planeado un atentado suicida contra la base militar de Kleine-Brogel en Bélgica. Afortunadamente, la oportuna intervención de las fuerzas de seguridad impidió que sus planes se cumplieran. Trabelsi formaba parte del equipo terrorista que fue instalado en Bélgica por Al Qaeda. Pero sus proyecciones no resultaron…
El hombre del que les hablamos nació en 1970 en Sfax en Túnez, en el seno de una familia humilde. Si llegaron a este punto seguramente se preguntaron ¿y ésto que tiene que ver con el fútbol? Bueno, pues es que Nizar, antes de convertirse en terrorista, fue futbolista profesional. Se inició en su país, fue convocado por selecciones juveniles de Túnez y llegó a la Bundesliga para jugar por el Fortuna Düsseldorf.
Su carrera en el fútbol profesional duró poco y es que, sus debilidades (el alcohol, la cocaína y el sexo) lo convirtieron en un blanco para la red de captación de Al Qaeda.
En 1998, su vida cambió totalmente. Perdió la cordura y se le consideró apto para unirse a los talibanes en Afganistán. Pasado el tiempo se fue radicalizando más y fue acercándose a la más alta jerarquía de Al Qaeda.
Tuvo contacto con Osama Bin Laden y su primera misión fue participar en la destrucción de las estatuas de los Budas de Bamiyan. Después, llegó la misión en Bélgica, la cual nunca ocurrió por la intervención policíaca. Nazar fue detenido por una operación policial y, tras el juicio en 2003, fue a condenado a 10 años de prisión.
En 2007, intentó escapar con ayuda de más de diez cómplices, pero no lo consiguió. En 2008, Estados Unidos pidió formalmente la extradición, mientras vivía aislado del resto de presos. Firmó su extradición en 2013 y voló a Estados Unidos, donde cumple cadena perpetua en una cárcel de máxima seguridad de Virginia.
VAYA HISTORIA.