La noticia se hizo oficial: Mats Hummels jugará con el Bayern Munich a partir de la temporada 2016/17. Las reacciones de la afición del Borussia Dortmund se conocían desde hace un par de semanas y es que, la directiva del club amarillo anunció la intención de su ex capitán previo al partido de Bundesliga ante Wolfsburg.
Mantas en su contra, abucheos, pitidos y un montón de comentarios en redes sociales que calificaron a Mats Hummels como un traidor absoluto. Bayern no es el rival histórico del Borussia Dortmund, pero en el pasado reciente se ha convertido en el máximo rival por los títulos en Alemania. Por esta razón, los hinchas del BVB consideran que Mats los ha traicionado de la manera más ruin posible.
Entendemos la reacciones, pero tratemos de ser un poco empáticos. Siempre es bueno tratar de sacar a flote la empatía ante cualquier situación, ya que, de esta manera, se puede comprender las decisiones de las personas ante ciertas situaciones. Verlo por encima y de forma superficial, nubla el análisis y el juicio.
Lo de Mats es muy distinto a lo de Mario Gotze y Robert Lewandowski. Es algo especial. Estamos hablando de un chico que se unió al Bayern Munich antes de cumplir los siete años y creció soñando con debutar ahí. No concebía la vida sin el club bávaro. Su familia le inculcó los colores e incluso radican en la ciudad de Munich.
Cierto, Dortmund le abrió las puertas en un momento complicado y lo ayudó muchísimo para alcanzar la élite, pero Hummels se dejó todo por el club. Defendió con tanta pasión, unos colores que no eran los que sentía desde nene, que se ganó el honor de ser capitán. Se dejó absolutamente todo y estamos convencidos de que quiere -y siempre querrá- al BVB, pero el amor verdadero es el amor verdadero. No se puede negar.
La oportunidad se abre y que exista ilusión no debería extrañar. Es el deseo de querer mostrar su calidad en casa. Son las ganas de defender el escudo que realmente ama. Reiteramos: entendemos la molestia de los hinchas del Dortmund, pero nunca está de más ponerse en los zapatos -botines- de los demás.
A veces, olvidamos que los futbolistas también son personas y, tras ellos, hay historias que no se pueden borrar. Normal que haya decepción, pero no es una traición. Es una despedida después de dejarlo todo con el club que lo arropó y lo hizo valer. Es un reencuentro con el amor verdadero.
Difícil digerir que el capitán de tu equipo defenderá los colores del un rival, pero ese ‘rival’ siempre ha sido el club de sus amores. Quizá su primer capítulo no resultó como se esperaba, pero cuando hay tanto sentimiento de por medio es normal que se busque una segunda oportunidad.
La primera vez en Bayern, Mats quiso y no pudo. Hoy, después de dejarse todo por el club que el abrió las puertas cuando no pudo, quiere y puede. Normal que vuelva a casa. Porque guste o no, Bayern Munich siempre ha sido su club. Siempre ha sido su amor verdadero.