No siempre fue el mejor en sus equipos. Es más, no era ni el mejor en casa. Luis Suárez, actual Pichichi y Bota de Oro de Europa, recuerda que en sus primeros años jugando a la pelota todos preferían a su hermano menor (un año más chico). Técnicamente, no era un superdotado, así que tuvo que trabajar muchísimo para ponerse al nivel de su propio hermano y los otros chicos.
«En un club de barrio nos recibieron sin pagar la cuota. Éramos algo buenos los dos. Y nos ayudaban en ese sentido. Yo siempre lo dije: de los dos, la gente siempre lo prefería a él (su hermano) antes que a mí. Pero bueno, en la adolescencia el prefirió otras cosas (salir con sus amigos). Y bueno, es una de las espinas que le ha quedado, de haber llegado en Primera. Técnicamente era mejor. Lo que pasó es que él prefirió salir con los amigos, yo también tuve mi etapa, pero siempre enfocado al fútbol. Él prefirió eso. Y yo conocí a mi actual mujer (Sofía Balbi) que fue un cambio para mí», comentó.
Después de pasar por un club de barrio, llegó el momento de pensar en grande. Nacional de Montevidio le abrió las puertas, pero le costó muchísimo hacerse de un lugar. De hecho, un par de delanteros, que actualmente son profesionales, lo tenían sentado en el banquillo.
«No es nada fácil en el Nacional. Yo hoy en día lo digo: yo cuando empiezo en las inferiores de Nacional era suplente del ‘9’ de San Lorenzo, Martín Cauteruccio, y de Bruno Fornaroli, que está en Melbourne City, en Australia. Ellos eran los titulares habituales, en los equipos juveniles. Me costaba. Hasta que vino otro entrenador y Fornaroli se lesiona. Ahí empiezo a ser titular, vino la racha de hacer goles y fue cuando empecé a escalonar», confesó en entrevista para Universo Valdano de beINSports.
En el primer equipo de Nacional también tuvo momentos complicados: «Hice un año en cuarta división y me ascendieron a Primera. Hubo una etapa, al principio en Nacional, donde erraba muchos goles. Pero el mérito fue de Martín Lasarte, que era el entrenador, de seguir apoyándome. Superé muchas críticas que recibí al principio».
Hoy, el mejor ‘9’ del mundo. Antes, el suplente del suplente y el multicriticado juvenil que no servía para el fútbol. Cómo pueden cambiar las cosas si se trabaja y nunca se deja de luchar…