Carlos Sánchez no jugará la final del Clausura 2016 porque tiene que reportar con la Selección de Uruguay de cara a la Copa América 2016. Como era de esperarse, muchos aficionados y comentaristas aseguran que el futbolista es culpable y también responsabilizan a la Asociación Uruguaya de Fútbol.
Pero bueno, las cosas no así. Antonio Mohamed y Luis Miguel Salvador confirmaron que hasta después de la semifinal de ida del C2016 se enteraron cuándo tenían que reportar sus seleccionados sudamericanos. Están leyendo bien: dos días antes de saber si eran o no finalistas, la directiva rayada se enteró que Sánchez, Cardona y Ayoví tenían que reportar con sus selecciones el lunes 23 de mayo.
Increíble. No habían preparado nada. Las convocatorias no son sorpresa, ya que los tres son habituales en sus respectivas selecciones. No hay excusa. Rayados se enteró sobre la marcha e intentó resolverlo a última hora, con la esperanza de que las federaciones fueran flexibles.
Lo que te esperas es que las federaciones cedan a sus futbolistas, porque cerrar un curso jugando y motivado es el escenario ideal, pero no hay obligación. La Asociación Uruguaya y su DT están en todo el derecho de exigir que su jugador se reporte en el plazo pactado. Cierto, cuesta creer que priven a su jugador de disputar una final, con lo que ésta significa, pero están en su derecho.
Pero, ¿por qué está problemática en México/CONCACAF y no en Europa/UEFA Champions League? Fácil, porque la UEFA arregló la situación desde que la FIFA votó a la Copa América como torneo oficial. Es decir, el organismo europeo amparó a los jugadores de clubes europeos desde hace meses, conscientes de cuándo se juegan las finales de sus torneos. Acá, no pasó nada. Ni la CONCACAF, ni la FMF, ni los clubes mexicanos se preocuparon.
El presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol, Wilmar Valdez, sostiene que ni aunque Rayados hubiera hecho la petición con un mes de antelación lo habría cedido. Pero, ¿qué habría pasado si se hubiera hecho una gestión similar a la de la UEFA? Es claro que si los clubes mexicanos, con apoyo de la CONCACAF, hubieran trabajado el tema, conscientes de que nuestro calendario es un carnaval, desde que la Copa América está rondando, ningún finalista tuviera este tipo de problema.
Rayados fue reactivo, no proactivo. Y ahí están las consecuencias. Los directivos rayados pueden apelar a la falta de tacto y sensibilidad de la AUF para prestar a Sánchez, pero los principales responsables son ellos y la FMF por las poca planeación ante su propio calendario.
Ellos se expusieron a esto. Se expusieron a encontrarse con delegados poco flexibles, que únicamente piensan en lo que viene para su combinado nacional. Se puede estar en desacuerdo (nosotros lo estamos porque cuesta creer que saquen a su jugador de una final) con la postura de Tabárez y sus directivos, pero reiteramos: están en todo su derecho.
Y ahora se cuestiona la ‘falta de compromiso’ de Carlos Sánchez con su club. Entendemos que exista la sensación, pero el jugador no es culpable. La mala gestión deportiva que existió en el caso lo puso entre la espada y la pared. Si se quedaba en la final, termina mal con su selección, que es su mayor orgullo. Y si se va (como pasó) queda mal con la gente de su club.
Sánchez se plantó ante esta complicada situación debido a la falta de anticipación y planeación que existe en el fútbol mexicano. Si la FMF, de la mano de la CONCACAF, se ampara como lo hizo la UEFA, Sánchez se queda y no pasa nada. No lo hicieron y Carlitos pagó los platos. Terrible.
«¿Con qué cara va a ver Sánchez a sus compañeros después de esto?» «¡Qué falta de compromiso de Sáchez!» ¡Mamita! Lo que se lee en estos días. ¿Qué hubieran hecho ustedes? ¿Se quedan en la final y se arriesgan a no ser considerado por su selección en futuras convocatorias? En Sudamérica no es como en México. Allá la selección es el máximo que existe. Además, él no decidió. Él cumplió con lo que estaba pactado. Él hizo lo que se tenía planeado para él.
El responsable no es Carlos Sánchez. Y tampoco la AUF, pese a su falta de criterio, tacto y sentido común. Los responsables son la FMF y los clubes mexicanos al no pedir apoyo en la CONCACAF para presentar el calendario y amparar a los jugadores internacionales (como la UEFA lo hizo en Champions) de los finalistas del Clausura 2016.
Pero para qué carajos pensar en todo esto si lo fácil es hablar de la ‘falta de compromiso’ de un jugador -que se ha dejado todo en un club en el que no tiene ni seis meses- y reventar a Uruguay por no cederlo, ¿verdad?