24 de mayo del 2014. Final de UEFA Champions League entre Atlético de Madrid y Real Madrid. Los colchoneros ganan por la mínima diferencia y se está jugando el tiempo de compensación de la segunda mitad. La esperanza es mínima, pero los jugadores del club blanco tienen un tiro de esquina a su favor.
Luka Modric, especialista de la pelota parada, se prepara para ejecutar. Los futbolistas más altos del equipo de Ancelotti luchan con todo con los defensores del Atleti, en búsqueda de ganar el duelo aéreo.
Modric pone el balón en una gran zona y Sergio Ramos, uno de los mejores rematadores del partido, se levanta para contactar la redonda. El contacto fue seco. Inmejorable. Sergio supo que llevaba dirección de arco y, al voltear, ve que el balón esáa en el fondo del arco. El resultado, con el gol de Ramos, quedó 1-1, pero la sensación es que el Real Madrid lo había ganado. Así fue. Con el momento anímico a su favor, Real Madrid terminó goleando al Atlético con anotaciones de Gareth Bale, Marcelo Vieira y Cristiano Ronaldo.
Ramos aún recuerda el gol con emoción y asegura que ha sido uno de los momentos más importante de su vida: «Estaba escrito que tenía que pasar, en un córner o en una falta, o en algo. Esa Champions se venía para Madrid pero para el Bernabéu. Ser protagonista con ese gol ha sido un momento de los más importantes de mi vida».
Confiesa que no disfrutó tanto el gol en aquel momento: «Quizá no lo disfruté tanto en ese momento, pero a día de hoy, muchas veces que me acuesto, me pongo el vídeo y lo sigo viendo, lo sigo recordando y no hay un día en que no me emocione y lo pueda disfrutar más que ese día. Ya no lloro, pero me sigo emocionando como el primer día».
Un gol inolvidable: «El gol lo recuerdo con una sonrisa. Quedará siempre ahí y cuando ya sea mayor se lo podré poner a mis hijos o a mis nietos. Se demostró que el Real Madrid es un club que te obliga a luchar hasta el final».