En un partido amistoso entre Brasil y Francia, que se disputó en 1997, Kim Milton Nielsen pitó un tiro libre a favor del conjunto sudamericano por una falta sobre Romario. Roberto Carlos, defensor lateral, tomó el balón, colocó la pelota a unos 35 metros de la portería defendida por Fabien Barthez, retrocedió más de 15 pasos y sacó un potente zurdazo que tomó un efecto irreal…
El balón superó a la barrera pasando por un lado. Parecía que el disparo se iría muy desviado. Pero, de repente, el esférico hizo una comba impresionante. Barthez, que ya pensaba en ir por la redonda para ejecutar un saque de meta, quedó pasmado al ver que la jugada terminó siendo gol.
«Mucha gente me pregunta que cómo fui capaz de marcar el famoso gol contra Francia en el 97. No hay secreto, no tuve dudas, miré donde tenia que chutar y después no cambié de opinión. Creo que Dios también me ayudó, el viento empujó el balón y yo tenía tiempo de ver cómo iba la situación. Ese día todo fue como yo quería», declaró hace unos meses el ex futbolista del Real Madrid, en entrevista para Omnisport.
«Goles así llegan una vez en tu carrera. Fue un gol hermoso, nunca lo olvidaré», agregó Roberto Carlos, en entrevista para la revista FourFourTwo.