Se plantó en el manchón penal y quiso ganarle el duelo psicológico a Manuel Neuer, pero nada le salió. Le dijo que ejecutaría a lo Panenka, buscando que se quedara en el centro, pero el portero alemán ni lo volteó a ver y siguió con su trabajo.
Graziano Pellè, que lucía nervioso pese a sus intentos por intimidar, terminó ejecutando su tiro penal de forma lamentable. Su disparo ni siquiera llevó dirección de portería, lo que provocó la molestia de miles de hinchas italianos.
Tras el partido, el ariete del Southampton se disculpó con su país: «Pido perdón al pueblo italiano, estoy muy decepcionado de que haya acabado así».
Asegura que no quiso ser agrandado ni provocativo, sino desconcentrar a Neuer: «No quería provocar, tampoco quería hacerme el listo, pero, como Manuel Neuer es muy fuerte, quería que se quedara en su sitio, pero ni siquiera se dio cuenta de mi gesto».
Fallaron en el momento bravo: «Zaza y yo siempre marcamos los penaltis en los entrenamientos. Desafortunadamente pasó así, hay tanta adrenalina…».