Su principal labor es la de la recuperación del balón, pero no es lo único que aporta. Durante su primer curso en el fútbol inglés con Leicester City, N’Golo Kanté dio muestra de lo que representa ser un mediocentro total.
Recupera como una aspiradora. Distribuye y da salida. Aporta equilibrio. Tiene una espectacular lectura de juego. Y sin ser el más virtuoso técnicamente, es sumamente inteligente durante sus recorridos.
No fue el jugador con más reflectores, pero fue la pieza más importante en el mediocampo para que Leicester City pudiera levantar el título de la Premier League por primera vez en toda su historia. Da fuerza sin ser un portente físico y orquesta salidas sin ser un generador. Cada movimiento/recorrido que hace es con una intención concreta. Más que músculo, es inteligencia.
Chelsea se está llevando a su equipo un futbolista que, además de destruir, es capaz de generar. Un mediocentro que cualquier entrenador del mundo quisiera tener en sus plantilla.