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Los jugadores del FC Barcelona que arrancaron en el banquillo en el partido de vuelta de la Supercopa de España se las arreglaron para pasar un buen momento. Jordi Alba y Gerard Piqué, por ejemplo, le pusieron sabor a las acciones con alguna apuestilla.
Luego de que el árbitro central señalara una pena máxima contra FC Barcelona, Alba, que tenía muchísima confiansa en Claudio Bravo, decidió apostarle 20 euros a Gerard Piqué a que el chileno atajaba el penal. El bicampeón de América respondió a la confianza de Alba, así que a Gerry le tocará pagar.
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