Ahora vive uno de los mejores momentos de su carrera tras haber marcado el gol con el que la Selección de Portugal conquistó el primer título (Eurocopa 2016) internacional de su historia, pero la vida de Eder dentro y fuera de las canchas ha estado llena de obstáculos que quebrarían a cualquier persona.
Creció en un orfanato, apenas habla con su madre y su padre está en la cárcel porque fue acusado de matar a su madrastra. «No puedo mentir, fue complicado. Muy difícil. Estaba en un orfanato sin mis padres y las cosas pueden ir mal en esos lugares. Mis amigos no están en buenas situaciones ahora», contó Eder en una entrevista que concedió a Daily Mail.
Para intentar escapar de su realidad se refugió en el fútbol. Y fue siguiendo este camino hasta alcanzar el profesionalismo. Inició en el Tourizense, dejó buenas sensaciones en Académica, se consolidó en Braga, tuvo un fugaz paso por Swansea City, ahora juega en Lille y ha tenido oportunidades con la Selección Absoluta de Portugal desde 2012.
Todo parece increíble si se conoce de lejos su carrera futbolística, pero el camino ha sido más complicado de lo que podría pensarse. No es el chico con infancia difícil que logró cumplir sus sueños de manera meteórica por sus condiciones dentro del campo. Éder ha tenido momentos igual o más complejos durante su faceta profesional.
Las críticas que recibió tras su participación con Portugal en Brasil 2014 lo dejaron por los suelos. Estaba en una depresión absoluta. Y no sólo se visualizó fuera de las canchas, el delantero portugués llegó a pensar en quitarse la vida.
«Mi mente estaba en lugares muy malos. Era una etapa muy baja. Tuve muchas lesiones graves y las cosas no fueron nada bien en Brasil 2014. Fue muy complicado… un periodo horrible para mí», reconoce el delantero nacido en 1987.
Pero hubo una persona que lo cambió todo: «Mi cambio llegó después de un partido en Braga. Pateé un balón cerca de una niña que estaba vistiendo nuestros colores. Su madre, Susana Torres, me pidió una foto para su hija. Comenzamos a intercambiar correos y ella me dijo en Facebook que su hija quería ir al Mundial, pero no vi el mensaje. Me disculpé cuando lo leí y le di una camiseta con el nombre de su hija. Ahí me comentó que le hiciera saber si alguno de mis amigos necesitaban coach psicologico».
Y terminó siendo el mismo Éder quién comenzó a trabajar con ella: «Trabajé en mi mentalidad y pude soñar otra vez. Susana fue el catalizador, me ayudó mucho».
El resultado del trabajo de Éder con Susana se vio reflejado en la confianza con la que entró a de decidir la final de la Eurocopa 2016 entre Francia y Portugal. «No se preocupe, voy a marcar», le dijo a Éder a Fernando Santos, DT del combinado portugués, antes de entrar al partido.
El potente delantero portugués, que actualmente juega en Lille, firmó el tanto que le dio a Portugal su primer título internacional y no olvidó a la persona que le ayudó a darle vuelta a su vida: “Dedico esta victoria a Susana Torres, mi mental coach».
Eder: «La gente tiene que soñar y creer».