No fue su noche. Después de volver tras la lesión que lo dejó sin final de Eurocopa de Naciones, al portugués Cristiano Ronaldo le está costando mucho retomar una versión importante. Ante Osasuna, pese a convertir, no anduvo. Ante Villarreal apenas se notó su presencia en el campo. Y esta vez, ante Las Palmas, volvió a tener complicaciones.
Al ver la actuación de CR7, el trámite del encuentro ante el conjunto canario y sabiendo que a media semana viene el partido ante Borussia Dortmund en UEFA Champions League, el francés Zinedine Zidane decidió sacarlo a dieciocho minutos del final para darle juego a Lucas Vázquez.
El máximo anotador histórico del Real Madrid no se tomó bien el cambio. Pese a que le dio la mano a Zidane, no lo volteó a ver y soltó diciendo un montón de cosas al aire. Después, en todas las tomas televisivas se le vio con un rostro desencajado y una notoria molestia.
LA MOLESTIA DE CRISTIANO TRAS EL CAMBIO
Tiene sangre y eso siempre se reconocerá. Sale molesto porque sabe que no dio su mejor partido. Pero Cristiano ya no es un novato para saber todo lo que una reacción así generará. Hay resultados y un entorno positivo. Innecesario provocar todo el circo que se vendrá en España por su relación -que seguro es buena- con Zidane.