Amor. Cariño. Sentido de pertenencia. Difícil decirle que no a todas las tentaciones que se nos llegan a cruzar en la vida, pero, si hay convencimiento y amor verdadero, es posible. Francesco Totti es una muestra de ello. Durante muchos años fue acechado por los clubes más poderosos del momento y, aunque hubo momentos de duda, decidió quedarse en la institución de sus amores.
Por Roma, por AS Roma y por los romanos. para Francesco sólo ha existido un camino en la vida. La cuesta explicarlo, pero concluye que si decidió quedarse toda su carrera en AS Roma es porque escuchó su corazón. Hubo muchos que le aconsejaran que se marchara, pero nunca se traicionó…
«Quizá es la diferencia entre otros jugadores y yo. No hay muchos atletas que siguen su corazón. Muchos deciden irse a otros equipos para ganar más títulos o tener más dinero. Si yo pensara únicamente en dinero y en mis finanzas, me habría ido de la Roma hace 10 años. Para mi la decisión fue otra. Preferí la pasión que el dinero. Siempre he amado estos colores y mi deseo fue vestir únicamente esta camiseta. Para mí es el matrimonio perfecto», comentó, en entrevista a LaGazzettaDelloSport.
«Roma es mi equipo de siempre, de toda mi vida. Siempre fui un hincha y siempre lo seré. Hubo un momento que pensé seriamente en irme, pero decidí quedarme. No me arrepiento porque es una decisión que tomé yo. Es cierto que podría haber ganado más dinero y títulos, pero fue una elección de mi corazón. Estoy orgulloso de mi trayectoria en el club, de lo que he hecho y lo que seguiré haciendo. Era complicado ganar la Champions y sabía que por esto no ganaría el Balón de Oro, una pena. Pero este era mi sueño de niño. Siempre soñé con llevar esta camiseta durante toda mi vida. No sé si ya soy el único que queda de los que sólo han jugado en un club, pero es un verdadero orgullo», finalizó.
Su legado va más allá de títulos. Francesco es uno de los pocos jugadores que ha logrado que, cuando se hable de él, no se hable de títulos, registros o récords individuales, sino de su juego, su profesionalismo y su amor eterno por AS Roma. Qué grande eres, GLADIATORE.