Es una de las mejores jugadoras del mundo, pero no olvida sus orígenes. No olvida cómo fue el camino y no olvida a las personas que sacrificaron un montón de cosas para que ella pudiera cumplir su sueño.
En medio de su ajetreada vida por compromisos deportivos, profesionales y comerciales, la estadounidense Alex Morgan ha dedicado un tiempo para escribirle una emotiva carta de agradecimiento a sus padres, quienes, desde hace más de dos décadas, hicieron todo para apoyarla.
Refiriéndose a sí misma -cuando tenía 7 años de edad- Alex nos cuenta todo lo que hicieron su papá y su mamá para que ella pudiera dedicar su vida a lo que más le gusta: EL FÚTBOL.
LA EMOTIVA CARTA DE ALEX MORGAN
Querida Alex de 7 años de edad,
Sé que aún eres pequeño y que, probablemente, estás ocupada pateando una pelota de fútbol en el patio como para poner atención ahora, pero quiero que tomes un segundo para que veas lo que está pasando en casa cada día.
Si hubiera un ejemplo perfecto de una familia funcionando como un equipo es mamá, papá y las tres niñas Morgan — Jenny, Jeri y la pequeña Alex.
Mamá es su propia versión familiar de la Mujer Maravilla. Acaba de iniciar sus clases nocturnas de su MBA para poder seguir trayendo todo lo que tú y tus hermanas necesitan (algunas noches, cuando ella no está para hacer la cena, Jenny, que tiene 13 años, la remplaza… y se convierte en una gran cocinera! Amarás sus enchiladas de pollo). Mamá prácticamente no tiene tiempo libre. De lunes a viernes está trabajando o en la escuela. Así que solo tiene ‘descansos’ los fines de semana. Pero tú sabes mejor que nadie que no los está utilizando para dormir o relajarse. Está sacrificando sus sábados y domingos para que tú y tus hermanas puedan participar en deportes.
Desde que empezaste a jugar fútbol hace dos años, siempre ha sido la mamá del equipo. Y no cualquiera ‘mamá de equipo’, sino la mejor mamá del equipo en la historia del fútbol.
No sólo no se pierde ningún partido. Y no sólo son las naranjas y fresas que trae al medio tiempo. Ella está haciendo todo lo que puedo para asegurarse de que tú y tus compañeras de equipo estén divirtiéndose. De hecho, mamá acaba de terminar bandas para el pelo para todas en tu equipo – incluso utilizó pegamento brillante para poner el número de cada niña en el bandita. ¿Qué tan genial es eso?
Y mientras mamá está trabajando entre su tarea y accesorios para el cabello, papá ha estado muy ocupado aprendiendo todo lo que puede sobre el fútbol.
Siempre ha sido un hombre de baseball; no sabía ni la primera cosa sobre el fútbol. Pero, cuando le dijiste que estabas comenzando a amar el juego y que era muy importante para ti que él te viera jugar, se puso serio. Muy rápido.
Muy pronto se inscribirá en clases de arbitraje, y te pedirá que te unas. Te divertirás pasando tiempo con él y fortalecerás tu vinculo con el deporte. Tendrás tu propio silbato y pitarás algunos partidos infantiles con él.
Luego, en unos años, papá comenzará a tomar clases para ser entrenador. Te entrenará cuando tengas 9 años y, como mamá, irá mucho más allá del deber. Estará fuera de la puerta de la casa todas las mañanas a las 5:30 para trabajar en su compañía de construcción, pero siempre -siempre- estará en casa para llevarte a la práctica. Y nunca lo escucharás quejándose de eso.
Cuando tengas 13, papá hará algo que recordarás por el resto de tu vida. Hasta ese punto, te habrás convertido en una de las mejores jugadores en el sureste de California… y lo habrás hecho con unos botines de segunda mano. Estarás bien con eso. Pero una de las mejores sensaciones de tu vida ocurrirá cuando papá llegue a casa del trabajo un día y te diga que quiere comprarte un par nuevo de botines.
Créeme, no tienes idea de lo genial que será.
Te llevará a la tienda de deportes, caminarán al departamento de calzado, encontrará a un vendedor y le dirá: ‘¿me puedes traer los mejores botines que tengas’?
Tu boca se caerá cuando escuches esas palabras. Pensarás que debes estar soñando. Pero va a ser real, Alex.
Los botines con los que el vendedor volvió costarán $320 dólares.
Cuando veas el precio, no sabrás qué hacer. Pensarás en todas las cosas que tu papá podría haber comprado para sí mismo con ese dinero — un par de jeans, unos neumáticos o sus propios zapatos. Entonces, como que te congelarás ahí por un segundo.
«Bueno, ¿qué estás esperando? Pruébatelos», te dirá. «¿Qué peinsas?».
Los amarás, por supuesto. Pero…
«Papá, cuestan muchoooooooo dinero».
Te verá a los ojos, sonreirá, y te dirá: »¡Llevémoslos!».
Y, en ese momento, si aún no estaba claro, te darás cuenta todo lo que tus padres están invirtiendo en ti. Honestamente, esos botines no se veían muy diferente a los de $100 dólares — los que habrían estado bien. Y esa es la cosa. Eso es lo que los hacía tan asombrosos. Los que te compra tendrá mejor cuero que los otros, pero las otras personas no sabrían que eran realmente especiales.
Tú y papá, sin embargo, sí lo sabrán.
El quería que tuvieras lo mejor. Y eso significará el mundo para ti. Cuando los uses, haz todo lo que puedas para hacer sentir orgullosos a tus padres, Alex.
Estarán orgullos de cualquier manera, no importa la que hagas, pero sabes a lo que me refiero. Muéstrales lo mucho que aprecias su apoyo, porque vas a continuar confiando en ellos mientras crezcas.
Las cosas no siempre van a ir a tu manera.
Por un momento, después de tener tus nuevos botines, parecerá que nada puede ir mal. Continuarás mejorando en los próximos años, pero de cara a tu último año de preparatoria te lesionarás del ligamento cruzado.
Será tu primera lesión de gravedad, y estarás devastada, Alex.
Pero tus padres te ayudarán a superarlo. Después de que la lesión ocurra, ellos se movilizarán por ti. Llamarán a todas partes y te encontrarán a uno de los mejores especialistas de rodillas en todo el mundo para que te opere. Después, por los próximos cinco meses, te ayudarán de todas las maneras posibles en tu rehabilitación.
Dejarán su trabajo para llevarte a la terapia física, luego volverán al trabajo y después regresarán y te llevarán al entrenamiento — y, sí, irás a cada entrenamiento, aunque no puedas jugar.
Inicialmente, mamá se tomará algunos días del trabajo para poder cuidarte y ayudarte con tus ejercicios.
Este será un tema recurrente en tu vida, Alex. Ambos, mamá y papá, utilizarán sus días de vacaciones para estar contigo o verte jugar un partido de fútbol. Cada año, cuando diciembre se acerque, no tendrán días en los que puedan tomarse verdaderas vacaciones.
Pero sabes qué, eso estará bien para ellos, porque verán lo mucho que has mejorado conforme creces. Estarán orgullosos de tu crecimiento, y estarán para ti, en las gradas, mientras experimentas los mejores momentos en la cancha. Cuando marques tus goles más grandes y te des la vuelta, siempre verás a los miembros de tu familia saltando de arriba hacia abajo, volviéndose locos, y mostrándote amor.
Eso es especial. Nunca lo des por concedido.
Cuando marques el gran gol en 2010 ante Italia en el minuto 94 para ayudar a que USA asegure su presencia en la Copa del Mundo, será un momento que recordarás por siempre — la primera vez que realmente marques diferencia por el equipo nacional. Ese será el momento cuando te des cuenta que perteneces al grupo de mejores jugadoras del país. Y, por supuesto, papá estará ahí, en Padova, a más de 6,100 millas de donde vive, porque… Por supuesto que estará. Estará en cada partido que juegues, Alex, no importa donde se celebre.
Aún no serás titular del equipo nacional en ese punto. Pero, casi dos años después, en Manchester, Inglaterra, le dejarás claro a todo el mundo que te has ganado la titularidad en el equipo, y que estás entre las mejores jugadoras del mundo. En los Juegos Olímpicos de Londres marcarás el gol más importante de tu vida para darle al equipo norteamericano la medalla de oro. Ese gol llegará al minuto 123, Alex.
Wow.
Y estarás feliz de saber que, toda tu familia, estará ahí para celebrar contigo.
Alex, toma mi palabra, la vida de deporte que estás por iniciar será increíble. Además de la medalla de oro, habrá una Copa del Mundo en un futuro. Y como profesional, jugarás para apasionados fans en Rochester, Seattle, Portland y Orlando.
Y en todo el camino, tu familia estará ahí para ti. Tienes que saber que puedes confiar en ellos. Sé que apenas tienes 7 años ahora mismo, pero mira de cerca, Alex. Las cosas se están movimiento en una dirección maravillosa. Seguro, Mamá está trabajando muchísimo, y papá aún no sabe cómo funciona el fútbol.
Pero espera.
Ellos están por convertirse en los mejores papás de fútbol que una niña puede tener. Y todo lo que conseguirás, se lo deberás a ellos».