El pasado martes, luego del silbatazo final del partido entre Deportivo Merlo y Argentino Quilmes (Primera C Metro; quinta división), se vivió un momento lamentable en el balompié argentino.
El penoso acto sucedió minutos después del final del encuentro, cuando jugadores del Deportivo Merlo se le lanzaron contra la terna arbitral porque reclamaban una mano previa al gol que le dio el triunfo -sobre la hora- a Argentino de Quilmes.
Lo de los reclamos, hasta cierto punto, fue normal. Pero lo que no fue normal fue la agresión de un futbolista de Deportivo Merlo a la jueza de línea María Eugenia Rocco. La asistente. explicó que el ‘7’ de Deportivo (Emmanuel Francés) le pegó en la nuca, cuando ella estaba de espaldas, en un acto que la dejó atónita.
«Cuando terminó el partido, antes de ir a los vestuarios, hubo un tumulto. Varios jugadores de Merlo fueron a protestar contra Broggi. Yo me acerqué para separar. Reclamaban por una supuesta mano en el primer gol. Le dije al técnico que se calmara, que podíamos hablarlo después pero tranquilos. En ese momento llegó la policia para protegernos, yo quedé detrás de Broggi y sentí un golpe fuerte en la nuca. Me di vuelta y vi al número 7 (Francés) que se iba. No podía creer que me hubiera pegado. Primero pensé que el golpe estaba dirigido para el árbitro o para alguien más pero no podía ser, porque estaba yo sola. Él corrió y se metió entre sus compañeros. Les dije que el número 7 estaba expulsado por agresión«, comentó, de acuerdo a lo recogido por Olé.
El impacto, según se ve en las imágenes, fue con un balón. El jugador lanza la redonda y, cobardemente, se mete entre sus compañeros para tratar de no ser visto.
¿Lo más tremendo de todo? El futbolista negó todo: «El se acercó al vestuario para decirme que nunca me agredió y yo lo eché diciéndole ‘andate hijo de mil puta’. Me indigna que este individuo no se haga responsable. Así estamos como sociedad, matan y violan a una chica y dicen que se lo buscó porque tenía la pollera muy corta. Es una vergüenza cómo estamos”, comentó la asistente Rocco.
No va a jugar más: «Esta vez me tocó a mí, pero le debe pegar a la mujer en la casa. Me pegó de atrás y no lo estaba mirando, eso es lo que más me indignó y generó impotencia. Que él diga y haga lo que quiera, pero que busque trabajo porque no juega más».
Y es que, cuando crees haberlo visto todo en una cancha, aparece un aficionado, jugador o personaje inadaptado para recordarle al mundo que no debe perder su capacidad de asombro. Qué cosa…