Muchos nos pidieron que compartiéramos nuestras reflexiones sobre el América vs Real Madrid y, como ustedes son los que mandan, pues ahí les van. ATENTOS a cada punto tocado y esperamos su retroalimentación en la parte final de la nota. #TodosSomosInvictos
→ Buen parado/estrategia de La Volpe, falló la ejecución. Ricardo estudió y entendió cómo había que jugarle al Real Madrid de Zidane. El planteamiento fue bueno y la estrategia también, pero hubo -muchas- fallas en la ejecución. 5-3-2 de inicio. Goltz/Aguilar/Valdez, centrales. Ventura/Samudio, laterales. Sambueza, mediocentro. William/Renato, interiores. Oribe/Romero, de ‘9’s. Lo que se venía trabajando, con algunos cambios por la recuperación de Renato/Rubens. Nos sorprendió ver a Sambueza en la zona central del mediocampo, pero, en el primer tiempo, justificó la posición con sus acarreos y lanzamientos (su 2T, con otro rol, fue un desastre). América hizo un primer tiempo muy serio, pero, antes del descanso, pasó lo que no debía pasar: encajaron el gol que le permitió llevar el partido al Real Madrid. Fue muy duro el castigo.
→ Karim Benzema y el punto de inflexión. Real Madrid no sufrió, pero no se vio cómodo en el primer tiempo. Cuando Zidane y los suyos comenzaban con rostros de desconcierto, Benzema rompió la tensión. Un toque distinto de Kroos y una excelsa definición de Karim para bajonear anímicamente a un equipo que, sin preocupar mucho a Navas, estaba haciendo un partido realmente serio.
→ América y un complemento lleno de imprecisiones. El equipo rompió la línea de cinco para adelantarse un poco más. Pero, más allá del ajuste táctico, sorprende la cantidad de balones que perdió el América en su salida. La idea era esa (salir desde atrás), -y no era nada mala- pero faltaron las piezas para llevarla a cabo. Tipos como Sambueza, Quintero o Renato pudieron hacerlo, pero estuvieron lejos de tomar las mejores decisiones con el balón en los pies. Fue realmente escandalosa la cantidad de balones que América perdió en su intento por salir jugando.
→ América no perdió en el banquillo. La Volpe jugó su partido y, a nuestro entender, lo hizo muy bien. Leyó a la perfección cómo había que jugar para competir y logró transmitirlo a los jugadores. El tema, como nos hemos cansado de decirlo, fue de ejecución. Puedes trabajar mucho previo al partido, pero si jugadores, que están llamados marcar diferencia, te erran un pase a 5 metros, no se puede aspirar a mucho. América cayó, pero las señales son positivas. Poco a poco se exhibe la idea de juego del entrenador argentino. Faltan elemento para ejecutar. Jugadores de salida/manejo. A ir por refuerzos.
→ El pecado de La Volpe. Nos gustó mucho lo que hizo La Volpe en el partido, pero si hay algo que no entendimos es por qué no sustituyó a Sambueza en el complemento. El capitán venía saliendo de una lesión, tenía amarilla, estaba desgastadísimo y fue, sin duda, el jugador que más pelotas entregó en el mediocampo. Su mal momento se veía hasta a Taiwán y, de manera sorprendente, completó el partido. Suponemos que lo dejó con la esperanza de que hiciera un lanzamiento interesante o dañara en pelota parada, pero, más allá de eso, no había razones para sostenerlo.
→ La calidad individual del Real Madrid. No fue su mejor noche, y lo resolvieron. De hecho, llevan varios partidos sin tener ‘su mejor noche’ y no dejan de sumar resultados positivos. Cuando el trabajo colectivo sigue con muchas cosas por mejorar, deben salir a flote las individualidades. Y esas, en el Real Madrid, suelen aparecer. El ‘cómo’ se puede mejorar muchísimo y, mientras el ‘qué’ (resultados) los siga acompañando, seguirán creciendo. Con Zidane, Real Madrid volvió a ser Real Madrid. Les recordó a sus jugadores donde están parados y les ha hecho saber que, jugando para el club blanco, cualquier cosa es posible. Se han acostumbrado a ganar.
→ El partido de Cristiano Ronaldo. Pese al gol sobre el final, una actuación discreta. Lo buscaron mucho e intentó involucrarse, pero le está costando. La defensiva del América se lo repartió y, salvo el desajuste en el agregado (América se rompió en la búsqueda de alguna jugada empatarlo), lograron contenerlo. Se devoró una clarísima, se equivocó en el manejo de algunas contras, no la pasó bien en duelos individuales y no prosperaron sus acciones a balón parado. Eso sí, el partido se ha vuelto inolvidable para el portugués porque ha logrado alcanzar los 500 goles a nivel clubes. Vaya monstruo.
→ Los mejores del América. Su equipo perdió, pero lo de Paolo Goltz, Pablo Aguilar y Moisés Muñoz fue superlativo. Con tantas fallas en pases, América corrió el riesgo de ser goleado, pero estos tres lo evitaron. William Da Silva y Bruno Valdez (jugando como lateral en el complemento) tuvieron lo suyo, pero teníamos que destacar a los tres de atrás. Deberán volver a casa satisfechos, ya que, cuando te dejas todo, no hay nada que reprocharse.
→ Qué cosa con Rubens y Quintero. En el primer tiempo, Sambueza no lo hizo nada mal. Hizo conducciones interesantes y sacó pases para abrir la cancha. El tema se complicó en el complemento. Entre su cambio de rol (lo cargaron al sector derecho) y que se quedó sin fondo físico, se cansó de regalar pelotas. Y, bueno, lo de Darwin Quintero resultó un tanto deprimente. Entró para ‘cambiarle la cara al equipo y aportar en dinámica, pero poco se le vio. La cosa es que no sólo hizo poco en ataque, su ‘aporte defensivo’ puso en riesgo al América en más de una ocasión.
→ Luka Modric/Toni Kroos, los del control. Lo comentamos en la previa: había poner especial atención en la marca a Luka/Kroos. Son los que manejan todo. América los llevó por un rato, pero se les fueron escapando. El alemán soltó la asistencia del primer gol y el croata fue el jefe absoluto en el complemento. Verlos en el campo es una gozada.
→ Más minutos para Arroyo. Nunca se escondió y siempre intentó. No le pegó bien al balón en su único disparo, pero fue de los jugadores del América que más quiso. Por su personalidad en partidos de alto riesgo, nos hubiera gustado verle más minutos. Su cambio era antes que el de Carlos Darwin Quintero.
→ Un sabor agridulce. Por el plantamiento y porque Real Madrid no anduvo tan atinado con sus ataques, nos quedamos con que América pudo hacer más. Si lo trabajado se hubiera ejecutado mejor, estamos convencidos de que se habría competido mucho más…