Un día después, pero acá están nuestras conclusiones sobre la histórica remontada del FC Barcelona ante PSG e nel Camp Nou. Preferimos darnos un tiempo para relajarnos y ver el partido una vez más (aprovechamos la repetición nocturna en las cadenas deportivas) antes de compartir lo que leerán a continuación.
Disfruten de la lectura, Invictos. Los saludos, buenos deseos y mentadas de madre pueden esperar un poco. Primero, a leer, disfrutar y sacar conclusiones para que se arme un debate sabroso.
→ El arbitraje y la polémica de la enajenación. Penal no pitado de Javier Mascherano, dos penales de Thomas Meunier (sólo pitaron uno), no era penal de Suárez (aunque, por ahí, vimos una toma de Marquinhos trabando con la pierna) y hubo varias tarjetas que el árbitro se guardó. El arbitraje no estuvo bien, pero para ambos equipos. Muchos hablan de una tendencia a favor del FC Barcelona, pero el mismo árbitro que se inventó el penal sobre Luis Suárez fue el que no quería pitar el clarísimo penal de Meunier sobre Neymar (nos parece increíble que haya gente que diga que el primer penal a favor del FC Barcelona estuvo mal pitado) y el mismo que se guardó varias tarjetas que pudieron cambiar el rumbo del cotejo.
Insistimos: el arbitraje fue malo. Pero lo de hace unas horas va mucho más allá de la labor arbitral. Si haciendo 4 pases completos (3 de ellos fueron por el saque del mediocampo tras recibir goles) en el cierre de partido, tu principal argumento de defensa es un penal mal señalado, algo está realmente mal. Curioso o no, en París no le dan mucha bola al tema arbitral. Por supuesto que se mencionó el penal y alguna decisión más, pero tanto el cuerpo técnico y jugadores entienden que la eliminación pasó más por ellos -y FC Barcelona- que por lo que hizo Deniz Aytekin.
Da mucha pena entrar a cualquier red social y leer más comentarios -de claros detractores del FC Barcelona- sobre el supuesto escándalo arbitral que de la hazaña que hizo un equipo que, pese a estar abajo por cuatro goles y encajar un gol de visitante, nunca dejó de luchar.
Se utiliza la palabra ‘robo’ con una ligereza que espanta. Les explicamos: hablar de robo es hablar de intención/deliberación. Si creen que hay ‘robos’ en el fútbol, no entendemos por qué valdría la pena estar pendientes del mismo. Respetamos, pero nosotros no veríamos a ver algo que, creemos, está amañado.
En el fútbol hay errores y fallas de los árbitros, no ‘robos’. En el Camp Nou, por ejemplo, hubo -indiscutibles- errores y éstos, naturalmente, jugaron a favor del equipo que más luchó, insistió y quiso. Y ojo, no se trata de deslindar de responsabilidad al cuerpo arbitral, sino de darle su justo valor: estuvo mal y sí tomó decisiones que fueron al marcador, pero los protagonistas de ayer no fueron los árbitros, sino los incansables jugadores del FC Barcelona y los poco valientes jugadores del París Saint Germain.
Y ahora sí, una vez superado lo del arbitraje, vamos con lo realmente importante…
CONCLUSIONES: REMONTADA DEL FC BARCELONA
→ Viva la vida. Lección para todos: nunca bajar la guardia. Por más difícil que parezca una situación, nunca hay que darse por vencido. Fue duro el golpe en París, pero los jugadores del FC Barcelona comenzaron a creer y a trabajar desde el día siguiente. Estuvimos haciendo notas sobre las declaraciones del plantel del FC Barcelona previo al partido en el Camp Nou y su discurso siempre fue optimista/positivo. Vivimos en un mundo en el que muchos les llaman ‘habladores’ a las personas optimistas y positivas, pero es lo que hay. Los que para muchos fueron unos ‘habladores’, salieron al campo y, como lo adelantaron en sus declaraciones, salieron a dejarse todo. La remontada podía o no darse, pero había que ponerlo todo. Y, bueno, al FC Barcelona le terminó alcanzando. Muy afortunados los que pudimos disfrutar de los 95 minutos que se vivieron hace unas horas en el Camp Nou. El deporte más hermoso del mundo. #WhatATimeToBeAlive.
→ El escenario ideal del FC Barcelona. Luis Enrique mandó un 3-4-3 (sistema que trabajó desde el papelón en París) que, por momentos, pareció un 3-5-2. Sea como sea, la intención era la misma: presión alta, acortar el campo y tener recursos en banda si las cosas se complicaban por juego interior. Defensivamente, Umtiti, Mascherano y Piqué estuvieron tremendos. Y en ofensiva, pese a no ser tan claros, consiguieron los dos goles que se querían. El descanso llegó y la sensación era que la remontada estaba cerca.
→ PSG, su inicio del segundo tiempo y su postura. Messi hizo el tercero. FC Barcelona estaba a un gol de igualar el global, cuando Unai Emery decidió mandar al campo a Ángel Di María. Con el ingreso del Fideo, PSG vivió sus mejores momentos. El elenco de París no sólo marcó el gol de visitante que tanto soñaron, sino que tuvieron un par de acciones más como para liquidar, de una buena vez, cualquier esperanza culé. Tristemente para su causa, no lo hicieron. La valentía del París duró 10-15 minutos y, confiados por el golito de Cavani, volvieron a hacer lo que hicieron durante todo el primer tiempo: esperar metidos en su propio campo. Mal. A los grandes hay que ‘matarlos’ cuando es posible, que si no…
→ El timorato PSG de Emery. Entendemos que la ventaja era cómoda, pero, teniendo tanta calidad arriba y viendo todos los problemas que causaban cuando atacaban, cuesta creer que hayan estado tan amarrados en territorio catalán. Claramente no esperábamos al PSG del encuentro de ida, pero tampoco creímos que veríamos una postura similar a la del Sporting Gijón (que jugó con suplentes, por cierto) hace un par de semanas. Tenemos una máxima -en el fútbol y en la vida- que se cumplió en el Camp Nou: cuando juegas a no perder (en este caso la ventaja global), generalmente pierdes. Como comentamos durante el partido en redes sociales: hablar tanto del arbitraje es mucho premio para el PSG, un equipo que, pese a tener todo a favor y poder liquidarlo en varios lapsos de la serie, siguió metido atrás. La timorata versión del PSG pagó caro las consecuencias.
→ El juego mental. Lo mental pesa muchísimo en esta clase de compromisos. Y PSG, en ese sentido, se vio superado prácticamente desde el minuto 1. El respeto a un equipo como el FC Barcelona es normal, pero lo del PSG, por momentos, pareció pánico. Los jugadores del FC Barcelona no sólo se convencieron a sí mismos de que podían remontarlo, sino que convencieron a los jugadores del PSG de que podían remontarles. Dudar y titubear, en duelos como éste, no es opción.
→ El trabajo defensivo de la línea de tres. Jugando tan adelantados -buscando presionar y achicar el campo- se esperaba que les generaran algunas situaciones, pero lo de Mascherano (sí, con todo y el polémico penal no pitado), Samuel Umtiti y Gerard Piqué fue una monstruosidad. Leyeron a los atacantes del PSG muchísimas veces y dieron cátedra de lo que es anticiparse en la última línea. Notable Mascherano. Umtiti se afianza como el fichaje culé de la temporada. Y Piqué, aunque a muchos les pese, sigue agigantándose en grandes noches europeas. Fueron importantísimos.
→ Marc-André ter Stegen, el héroe silencioso. Los reflectores otros (merecidamente), pero la histórica remontada del PSG no se puede entender sin el señor Marc-André ter Stegen. Sí, el portero que ha sido muy criticado por su estilo de juego, fue una de las piezas clave en la hazaña que firmó el FC Barcelona en la cancha del Camp Nou. Marc estuvo bien en todo el partido, pero hubo dos acciones que lo cambiaron todo: un mano a mano contra Cavani (cuando el partido estaba 3-1) y una entrada salvadora que evitó que Verratti se fuera solo con el arco abierto y que terminó en la falta que, a la postre, le daría el gol de la remontada a los culés. ¡Ah! Y ni hablemos de lo que hizo en París, eh… Portero para muchísimos años.
→ El rol de Sergio Busquets. Mediocentro apoyando a los centrales. El ‘5’ sabía que lo necesitaban más que nunca, y respondió. Si bien se comprometió en un par de acciones, fue un jugador muy pensante al momento de distribuir el balón (completó 63 de 71 pases). Nunca se desesperó. Habilitaba, se la regresaban y buscaba por otro camino. Vitales, también, sus recorridos sin balón. Si PSG prácticamente no pateó al arco en el primer tiempo fue, en gran medida, al trabajo de su soporte. Viene de menos a más en la temporada, lo que es una gran noticia para los blaugranas de cara al momento más importante del curso.
→ Don Andrés. No fue su mejor noche, pero marcó diferencia. La acción previa al autogol de Kurzawa lo fue todo. El capitán patrocinó gol que motivó a los suyos e intimidó a los de enfrente. No ha sido el Iniesta de siempre, pero, sin estar en su mejor esta de forma, ha puesto su granito para comandar la remontada. Un futbolista absolutamente mágico.
→ El renovado Ivan Rakitic y su función. No deja de sorprender lo mucho que ha tenido que trabajar, sacrificar y mejorar para poder jugar en el FC Barcelona. Pasó de ser uno de los mejores mediapuntas de Europa a trabajar como interior o mediocentro, cosa que, cuando llegó, no se veía tan clara. Colabora en el gol del PSG, pero Luis Enrique ha acertado con mandarlo al campo. Con Busquets e Iniesta en proceso de recuperar su mejor forma, un jugador como Rakitic es clave. El croata es muy inteligente para moverse y aporta el equilibrio que, en muchos partidos, le ha faltado al FC Barcelona 2016/17. Considerando su plurifuncionalidad, compromiso, aporte y edad, nos parece que la renovación es una gran noticia para el club.
→ Rafinha Alcántara, una garantía. El jugador que siempre le responde a Luis Enrique. Nos quedó la sanción de que pudo decidir mejor en varias acciones, pero, en cuanto lucha, entrega, presión, compromiso y empuje, no se le puede recriminar nada. Es un jugador que, sin importar las circunstancias, se deja todo cuando salta al terreno de juego. Uno de esos futbolistas que todo entrenador quiere en su plantel.
→ El hombre de la remontada. No fue Messi. El hombre que orquestó la remontada se llamó Neymar da Silva. Lo dijo desde un día después de la noche triste en París: «en cuanto haya 1% de posibilidad, hay que tener 99% de fe». Neymar fue el que siempre creyó y tuvo fe. Esa fe fue la que lo llevó a pedirse el tiro libre, acomodar el balón y vencer a Trapp con un disparo impresionante. Esa fue fue la que hizo que le pidiera el penal a Messi y lograra marcar el quinto tanto. Y fue esa misma fe la que lo hizo recortar a Verratti y sacar un exquisito servicio de zurda para que Sergi Roberto le pusiera la cereza al postel. No es Messi y no pretende serlo. Salió a divertirse, a ganar y a hacer historia. Porque para hacer lo que hizo se necesita calidad, pero también se necesita fe. Y Neymar, durante 95 minutos, tuvo mucha fe.
→ Lionel Messi y una remontada en la que no fue protagonista. Cooperó con el penal, pero estuvo muy lejos de ser el Messi de todos los días. Con la inclusión de Rafinha, se cargó mucho a la zona interior y, ahí, siempre tuvo a Matudi, Rabiot y algún central; aunque no sólo fue algo de posición, ya que cuando fue activad tampoco estuvo fino. Le notamos impreciso y, por ratos, ansioso. Quería, pero no podía. Tras la final que perdió Argentina ante Chile, en la Copa América 2016, recordamos haber escrito que cuando Messi no está, sus compañeros no están para él. Bueno, pues en FC Barcelona no pasa lo mismo. Lionel es el héroe habitual, pero si llega a tener una mala noche, los de alado o atrás pueden responder. En la previa muchos pensábamos que, para la remontada, FCB necesitaba al mejor Messi, pero no. El ’10’ ha resuelto muchísimos partidos del equipo culé (en esta temporada un montón), pero, ante PSG, el equipo fue el que llevó a Lionel Messi a Cuartos de Final. Incluso el más grande héroe, a veces, necesita ser rescatado.
→ El momento Sergi Roberto. Era su momento. La había pasado mal en el inicio del 2017, pero ha ido mejorando y este gol, seguramente, le ayudará muchísimo para el cierre de temporada. Un jugador como Sergi se merecía una noche así. Pasó varios cursos con un rol totalmente secundario, aguantó y, una vez con oportunidades, ha hecho de todo (jugar en 8 posiciones, por ejemplo) para mantenerse en el XI titular. Su gol no se olvidará nunca. Le falta mucho por vivir en FC Barcelona, pero su nombre ya se grabó con letras doradas en la historia de la institución… Por cierto, qué poco se habla de la calidad de su remate. No era nada fácil entrarle al balón y definió como si fuera ‘9’. El gol de su vida.
→ El mérito de Luis Enrique. Muchos sostienen que un equipo como el FC Barcelona se dirige y gestiona solo, pero está lejos de ser una realidad. Si lidiar con un grupo de grandes estrellas es complicado, imagínense lo difícil que puede ser hacerlos que cambien de sistema en plena temporada. El asturiano vio un área de oportunidad tras lo que pasó en el Parc de Princes y ajustó al 3-4-3. El sistema fue madurando y, en el momento bravo, pasó la prueba de fuego. Luis Enrique se ha graduado como DT en el FC Barcelona y quien dude de eso puede repasar lo que hizo desde el 14 de febrero hasta el 8 de marzo. Brillante.
REFLEXIÓN FINAL: LA ENAJENACIÓN/COMPLEJOS
Y para finalizar, una reflexión por los mensajes recibidos en redes sociales durante el partido: decir que Messi es el mejor futbolista de la época no nos hace culés, decir que FC Barcelona es el mejor equipo de la década no nos hace seguidores del FC Barcelona y conmemorar/celebrar una remontada que NUNCA ANTES SE HABÍA VISTO (57 equipos más intentaron remonta un 4-0 y se la persignaron) no nos hace socios blaugranas. Somos de la Selección absoluta de México y nada más.
Hacemos la acotación tras este partido, porque sólo pasa eso cuando se habla del Barça o al Real Madrid. Podemos decir, tranquilamente, que Dortmund tiene a los jugadores jóvenes más prometedores del mundo, que Dybala es un crack, que Kanté es el mejor fichaje de la temporada o que Bayern Munich es un equipazo, y no hay ningún problema. Pero apenas se habla de los culés/madridistas y la enajenación de muchos ‘seguidores’ sale a la luz.
Si fuéramos aficionados de un equipo europeo lo diríamos sin tapujos, como lo hacemos cada que juega nuestra selección. Pero no es así. Comentar lo que comentamos sobre el FC Barcelona nunca nos hará culés y decir que el Real Madrid es el club más grande y con mayor peso histórico tampoco nos hará madridistas.
Aunque muchos lo duden, existimos apasionados del fútbol que nos importan un carajo las camisetas y que disfrutamos del deporte por igual. Peace out, Invictos.
Esperamos sus apuntes en la parte baja de la nota para compartir impresiones. #SomosInvictos