Era el tiempo de compensación y estaba fundido por todo el esfuerzo del segundo tiempo. Carlos Fierro estaba resignado a que el partido terminaría empatado, cuando, de repente, el portero Cristian Campestrini dejó caer el balón en su ‘despeje’ y él se la terminó robando para marcar el tanto que le dio la victoria a Chivas.
El atacante mexicano confiesa que se quedó atrás de Campestrini porque ya no podía más pero, al ver que soltó la redonda, hizo un último esfuerzo para ayudar a que su equipo lograra una nueva victoria.
«Sabía que era de las últimas jugadas, de los últimos segundos. Incluso yo me recargo en el poste, porque ya estaba muy cansado. Y, al momento de voltear, veo que él suelta la pelota. No sé por qué. No sé por qué no supo que yo estaba ahí, es la verdad. No me estaba esperando que la soltara. Y, bueno, cuando la suelta es en cuestión de segundos que le robo y meto el gol», declaró Carlitos, en zona mixta.
Sobre el apoyo que le brindó la afición de Chivas a él y todo el equipo, Fierro comentó: «No tengo palabras, por eso se me salen las lágrimas. Siempre lo he dicho: aquí es estar como en mi casa, estar con mi familia. Y escuchar que la afición se comporta así, se me salen las lágrimas. Agradecerle a los que siempre están cantando y alentando. Gracias infinitas a ellos».
Dato Invicto. Carlos Fierro participó en los 3 goles con los que Chivas venció al Puebla en territorio tapatío: asistencia, centro en el autogol de Cortés y gol de la victoria. Partidazo.