Se consumó el descenso del Granada. Por segunda vez en su carrera europea, el mexicano Francisco Guillermo Ochoa forma parte de un equipo que pierde la categoría. Las burlas y los memes serán constantes en los próximos días, pero el canterano del América no tiene nada que reprocharse.
Por lo que hacemos, hemos tenido la oportunidad de seguir TODA la carrera de Memo Ochoa en el balompié del viejo continente y no dudamos ni tantito, cuando decimos que ha estado a un gran nivel. Ha sido la luz de sus equipos (Ajaccio y Granada) y, aún en su momento más complicado (suplencia de Málaga), supo comportarse a la altura.
Debutó con el Club América América siendo muy joven, fue campeón de Primera División, se consolidó rápido, ha asistido a Mundiales, estuvo en una nominación por el Balón de Oro y ha tenido otros grandes momentos en su carrera, pero no todo ha sido fácil…
Entre la poca accesibilidad de clubes mexicanos por vender a sus jugadores, el tema del Clembuterol y las complicaciones que trae consigo no tener un pasaporte comunitario, Memo ha tenido que lucharla para abrirse camino en el fútbol de máxima exigencia.
Cuando parecía que iría a un club importante, América cooperó poco para venderlo. Cuando parecía que iría a un club con aspiraciones considerables, llegó el escándalo del Clembuterol y Ajaccio fue el único que se mantuvo en la puja. Y cuando parecía que daría el salto tras el Mundial de Brasil 2014, fueron pocas las instituciones que se interesaron en portero que, pese a su calidad, ocupa plaza de extranjero.
Siempre ha habido algo, pero nunca ha desistido.
Hoy, a unas horas de que se consumara su segundo descenso en Europa, lo decimos: orgullosos de que México tenga a un portero que haya salido de su zona de confort para ir a luchar por su sueño. Orgullosos de que el país tenga a personas dispuestas a sacrificar muchas cosas para salir a pelear lo que quieren. Orgullosos de tener compatriotas que no se detienen por lo que se dice, en un país donde lo normal es no intentar.
Acá siempre estaremos a muerte con los valientes. No sabemos ni cómo ni cuándo, pero estamos convencidos de que la -gran oportunidad- de Ochoa, en Europa, llegará. Porque, cuando trabajas y te dejas todo, todo termina llegando.
Venga, Memo.