No pudo ser. México tuvo para cerrar la Copa Confederaciones 2017 con el tercer puesto, pero se le escapó el partido ante el campeón de Europa. No pasó nada de lo que el mundo del fútbol no presupuestara (México quedando cuarto tras Alemania, Chile y Portugal), pero nos quedamos con la sensación de que, en Rusia 2017, se pudo competir mejor.
CONCLUSIONES INVICTAS: MÉXICO PERDIÓ EL TERCER LUGAR DE LA CONFEDERACIONES ANTE PORTUGAL
➔ Juan Carlos Osorio y el XI ante Portugal. Ochoa; Layún, Moreno, Araujo, Luis Reyes; Márquez, Guardado, Herrera; Chicharito, Oribe Peralta y Carlos Vela. Ajustes respecto al duelo ante Alemania: Luis Reyes, lateral izquierdo. Rafa, mediocentro. Herrera, interior. Chicharito, extremo izquierdo. Oribe, centrodelantero. Un XI inicial que la mayoría habría firmado para este partido o… la semifinal.
➔ El manejo de México. Portugal nos saca el tercer lugar tras hacer un autogol, marcar sobre la hora, recibir una expulsión primero y sin su máximo referente (Cristiano Ronaldo). Es claro que un combinado como el luso tiene muchísima calidad, pero no se te puede escapar un partido como éste. Para trascender no te puedes permitir desatenciones. Perder la concentración, ante rivales de esta índole, se paga con resultados como el de esta tarde.
➔ Los problemas defensivos del TRI. La fragilidad defensiva que exhibe la Selección de México preocupa. Y, como lo hemos dicho durante toda la competencia, no sólo es tema de la última línea. Insistimos en que el problema que tenemos a nivel defensivo inicia desde el mediocampo. Con balón, bien. Sin balón, falta músculo y posicionamiento (ubicarse). Escuchamos a Osorio decir que no se arrepiente de no llevar a un mediocentro nominal, pero confiamos en que, cuando se siente analizar, entienda qué es la -gran- pieza faltante en el TRI.
➔ Copa de pesadilla para MIguel Layún. Muy mal Miguel en toda la competición. Desde la lesión que sufrió en el primer tramo del curso 2016/17 y la llegada de Nuno al Porto, no ha sido el mismo. Careciendo de regularidad en su club, Miguel ha vuelto a ser un jugador que depende mucho de su nivel de confianza. Si se siente respaldado e inicia bien el juego, responde. Pero, si erra en alguna intervención o le ganan algún duelo individual, empiezan las dudas. Falló en los dos goles de Portugal. Y falló muchas otras veces en la competencia. No tenemos duda de que -a tope- es un elemento con la calidad suficiente para ser titular, pero, ahora mismo, está muy lejos de su mejor versión.
➔ Guillermo Ochoa, el MVP. Lo volvió a hacer. En un cotejo de alta exigencia, Memo volvió a brillar. Se va con el sabor amargo por la derrota, pero no tiene nada que recriminarse a nivel individual. Vuelve a demostrar que es el mejor portero mexicano y que, en los escenarios imponentes, nadie se agiganta como él. Sus detractores cada vez se quedan con menos ‘argumentos’. El portero titular de la Selección absoluta de México.
➔ Carlos Vela, futbolista diferente. Intermitente, pero distinto. Por más que no haya tenido una Copa Confederaciones brillante, un jugador con esa capacidad para romper líneas y generar ocasiones no puede ver los encuentro TOP desde el banquillo. No importa si los de enfrente son unas torres físicas, el ’11’ debe tener actividad cada que sea elegible.
➔ Rafael Márquez jugó casi todo el partido.. Bien en términos generales, pero el tema físico sí que pesa. Por más que sepa cómo va -terminará- una jugada, le costó llegar a varias por un tema de velocidad. Nos quedamos con su lectura, temple y liderazgo. Pensaríamos en él para Rusia 2018, pero como una opción para 60-70 minutos.
➔ El crecimiento del Chicharito fuera del área. Nos cuesta creer que muchos sostengan que Javier estuvo muy mal en la Confederaciones. Al parecer, fuimos pocos los que notamos lo mucho que ha crecido fuera de su hábitat. Sale más, está ganando duelos individuales, cambia de juego, activa bien participando como poste y ha mejorado muchísimo al momento de retener. Debe seguir trabajando el tema de la precisión en sus servicios, pero la intención de sus intervenciones denota lo mucho que ha mejorado. Cada vez más futbolista.
➔ Jonathan dos Santos se graduó con el TRI. El mejor jugador de campo del TRI en toda la Copa Confederaciones. Su graduación internacional y su confirmación como un inamovible de nuestra selección. Si realmente se está planteando jugar en la MLS, ojalá lo haga en unos 3 o 4 años más. Todavía tiene para competir -y destacar- en el fútbol del viejo continente. Lo único que necesitaba era regularidad. La encontró con el Villarreal y está viviendo su mejor momento.
➔ Luis Reyes, una opción muy válida. Fue titular, y respondió. Cierto, perdió varios duelos individuales, pero es imposible no hacerlo cuando enfrentas a tipos tan desequilibrantes como Gelson. Más allá de cosas puntuales, nos parece que el futbolista del Atlas se sostiene como una opción muy válida para jugar como lateral izquierdo. Y hay que decirlo: Osorio fue quien valoró sus partidos como rojinegro y apostó por él. Las buenas también se tienen que apuntar.
➔ Raúl Jiménez, víctima de sus ganas. Quiso tanto que perdió el control. Revolucionado desde que entró al partido y terminó ganándose una expulsión. Despide la Copa Confederaciones de mala forma, pero a nosotros nos convenció de algo: si tiene continuidad con el Benfica (o en el club en el que juegue), la romperá. Tiene todo para lograrlo.
➔ Hirving Lozano, el mejor en el tiempo extra. Hirving fue el Hirving del Pachuca en un lapso del segundo tiempo ante Rusia y en el tiempo extra ante Portugal. Se comió a Nelson Semedo (lateral vinculado con el FC Barcelona), e incluso provocó su expulsión. Positivo que, poco a poco, se suelte a nivel selecciones. Será fundamental en el futuro.
➔ Los rivales también juegan. Sin su capitán, con un autogol, marcando sobre la hora y recibiendo una expulsión en el inicio del segundo tiempo extra. Así ganó Portugal. Los equipos de élite (Portugal lo es, aunque a muchos no les guste su estilo) nunca bajan los brazos y difícilmente se dejan rebasar por circunstancias como las que mencionamos con anterioridad. México ha mejorado en ese sentido (resiliencia), pero no está siendo suficiente.
➔ Cucharada de realidad. Debe haber muchas reflexiones tácticas y de planteamiento, pero hay dos cosas fundamentales que México debió haber aprendido en este torneo: los rivales de alto nivel no te perdonan y la manera en la que nosotros podemos competir es desde lo colectivo. Individualmente, no somos más que Portugal o Alemania. Pero podemos serlo jugando como equipo. Nos quedamos con la sensación de que México pudo competir mejor (sobre todo ante Alemania), pero es correcto decir que no pasó nada que no fuera esperado. Lo normal es que selecciones como Portugal y Alemania nos derroten. Tenemos que trabajar para que mañana sea normal que México le saque partidos a los combinados de primera línea.
➔ Juan Carlos Osorio comienza a ser rebasado. El efusivo reclamo al oído del cuarto árbitro tras el penal de Pepe sobre Moreno (no se pitó) no es más que el reflejo de que la presión está pudiendo con el colombiano. No está mal reclamar y expresar molestia, pero sólo cuando te superan ciertas situaciones reaccionas como lo hizo el entrenador colombiano. Esta película la hemos visto muchas veces, y no termina nada bien… Equilibrio, Osorio. Si el líder del grupo se desorienta, el grupo también lo hará.
Bonus. La única manera en la que esta competencia servirá. Estos partidos pueden servir muchísimo si Osorio recupera una cualidad que mostró en sus primeros meses como seleccionador: autocrítica. Si se sienta, analiza a detalle y se da cuenta que, con ciertos ajustes, se pudo competir mucho mejor, se crecerá mucho. Si mantiene el discurso que le escuchamos ante Nueva Zelanda y Alemania, será difícil que algo cambie. Que los jugadores fallen en la cancha no es parte de su responsabilidad, pero sí lo es jugar sin un mediocentro nominal, guardarse al jugador más claro (Vela) en el último tercio y apostar por marcadores y no por laterales que sientan su puesto. Hay muchas ideas/conceptos muy positivos en el proceso de Osorio: postura ofensiva (se busca ser protagonista), la búsqueda de superioridad con el tercer hombre (generalmente para salir jugando) y orientar el juego hacia un sector del campo para abrir espacio del otro lado (agrupar, como cuando CH14/Raúl u Oribe se metían hacia el centro para que el lateral entrara libre). Pero también cosas por trabajar y corregir. El objetivo sigue siendo Rusia 2018. Osorio está a tiempo de decidir cómo será recordado. O ajusta las fallas que cada vez son más claras, o se muere con la suya, confiando en que, con más tiempo de trabajo, puede funcionar. Hemos visto a muchos técnicos hacer lo segundo y el resultado, normalmente, no es positivo…
Cerramos la entrega con una conclusión que compartimos tras el duelo ante Alemania:
Hay que aprender a asumir las derrotas y las victorias como lo que son: parte de la búsqueda del éxito. No habrá verdaderos resultados sin trabajo. No habrá proceso sin continuidad. Y no habrá crecimiento sin aprendizaje.
Trabajemos.
Creamos en la continuidad.
Y busquemos el crecimiento a través del aprendizaje.