Cinco años de lucha, esfuerzo, dedicación y sacrificio, pero también de felicidad y plenitud. Para nosotros, el 18 de julio no sólo representa un aniversario/cumpleaños, representa el momento que le dio un giro total a nuestras vidas. Representa el instante en el que, por primera vez, dejamos de hablar/planear y comenzamos a hacer.
No es tan fácil como suena.
Por no querer dejar tu zona de confort y, sobre todo, por incertidumbre, es complicado salirse del molde y tratar de hacer algo completamente distinto a los demás. En aquel entonces, éramos universitarios y llevábamos un ritmo similar de vida al que llevan muchos otros jóvenes. Pero decidimos que todo fuera diferente…
Seguir el camino que muchos han transitado es una opción muy válida, no es la única. Es posible tratar de construir tu propio camino, aunque esto signifique una mayor carga. Para dedicarnos a lo que verdaderamente nos apasiona no bastaba con caminar por un trayecto previamente recorrido, era necesario ensuciarse, buscar y pavimentar una ruta empedrada y completamente desconocida.
Nunca descuidamos nuestra formación académica (nos graduamos caminando). Sin embargo, tampoco descuidamos el proyecto que, desde su fundación, pensamos que era la vía para acercarnos a lo que queríamos dedicar nuestro tiempo.
Implica sacrificios e implica dejar oportunidades en el camino, pero esos ‘sacrificios’ no son más que parte de la cronología hacia lo que pretendes.
No les vamos a mentir: hubo momentos de dudas. Aparecieron ofertas y oportunidades que nos hicieron titubear sobre la continuidad de Invictos. Tuvimos ofrecimientos laborales muy interesantes (relacionados con nuestras carreras universitarias), nos invitaron a otros proyectos y tuvimos la oportunidad de irnos de estudiar en el extranjero (becas), pero nada nos movió. No era el momento.
Aceptar cualquiera de esas opciones era renunciar a lo que queríamos.
Era regresar a la comodidad a la que nos prometimos no volver.
Externamente, siempre nos mostramos seguros. La respuesta siempre fue: ‘no, tenemos que seguir con Invictos, trabajar arduamente y acercarnos a nuestro objetivo’. Internamente, a todos nos pasaba por la mente: ‘a ver si no nos arrepentimos…’.
Repetimos: no es tan fácil como suena. Pero la convicción y persistencia lo son todo.
Cuando crees en algo, no hay otros escenarios. Te dejas todo.
Los primeros años fueron especialmente complicados. Entre las alternativas que se nos presentaban y que decidimos no decirle a NADIE lo que estábamos haciendo, fue como si estuviéramos llevando una doble vida, JA.
Mientras muchos aprovechaban sus descansos entre clases para esparcirse y relajarse, nosotros corríamos a un sitio privado para actualizar nuestras plataformas. Mientras muchos hacían sus planes para divertirse los fines de semana, nosotros nos organizábamos para repartir todos los partidos que veríamos el sábado y domingo (jornadas que inician a las 5 am y terminan a las 11:30 pm).
Suena a que renunciamos a nuestra vida social/personal. Nunca lo vimos así.
No renunciamos a nada. Le cambiamos el enfoque a nuestros tiempos para darle sentido a la pregunta que hizo que todo esto iniciara:“¿trabajando en qué o en dónde, nos levantaríamos felices todos los días?».
El fútbol.
¿Cómo podíamos esperar que nuestro trabajo fuera ver, analizar y escribir sobre fútbol si no hacíamos nada para que eso sucediera? A partir de ese momento, cambiamos. Todo lo que hacíamos tenía una intención: lograr que nuestra pasión se convirtiera en nuestro ‘trabajo’.
Por supuesto que nos hemos perdido de muchas fiestas a las que nos hubiera gustado ir y hemos tenido que optimizar los tiempos con nuestros familiares. Y a 5 años del nacimiento de Invictos podemos decir que no nos arrepentimos en absoluto.
Año a año les compartimos más detalles sobre nuestra historia (como Invictos), porque ustedes son parte de la misma. Sin su apoyo, confianza y preferencia, nada de esto hubiera sido posible. No habríamos podido dedicar nuestros días a hacer lo que más nos gusta y, definitivamente, no estaríamos en la madrugada charlando entre nosotros mientras escribimos esto.
Muchos no nos creen, pero nadie, ni nuestros ‘amigos’ más cercanos, saben que estamos detrás de Invictos. Entendimos que era lo mejor para el proyecto y no quisimos mezclar las cosas. No firmar artículos con nombres personales y no dar la cara siempre tuvo su intención.
No queríamos crear una comunidad por las razones equivocadas. Queríamos que, sin importar cómo nos llamamos (no, no somos famosos) o cómo nos vemos (no, nos vemos como mucha gente cree que se ven las personas que están gran parte del día tras un computadora), los que se sumaran a Invictos lo hicieran por el fondo de nuestro trabajo y no por la superficie.
Me gusta lo que leo, me uno a la Nación Invicta.
Me gusta cómo viven/sienten el fútbol, me uno a la Nación Invicta.
Me gustan sus secciones, me uno a la Nación Invicta.
Me gusta cómo escriben, me uno a la Nación Invicta.
Me gusta su manera de entender el fútbol, me uno a la Nación Invicta.
Sin pecar de presunción, creemos que hemos conseguido lo que pretendíamos. No se trata de la cantidad, sino de la calidad. Nuestros números son una locura, pero valoramos mucho más los lazos que hemos forjado con la mayoría de la personas que nos han hecho parte de su día a día.
Algunos piensan que los cotorreamos, pero leemos todo lo que nos escriben y conocemos a todos los que, constantemente, están en nuestras interacciones. Lo fácil sería contratar a alguien para que se encargue de responderles, pero no pensamos renunciar a la cercanía que tenemos con todos ustedes.
Así como muchos nos han permitido ser parte de su vida, ustedes son parte de la nuestra. Y no queremos -ni dejaremos- que eso termine. Es parte de la magia de Invictos.
Nos gustan esta clase de textos porque nos hacen reflexionar y valorar todo lo que hemos pasado (muchos más obstáculos de los que podrían imaginarse). Además, nos permiten compartir y acércanos aún más.
Lo dijimos al principio de 2017, y nos mantenemos: será un año histórico. No queremos adelantar mucho pero, si todo sale como lo tenemos pensado, Invictos dará un giro radical. Una vez conseguido lo que pretendíamos en un inicio (crear una Nación sin importar cómo nos llamamos o cómo nos vemos), quizá es el momento ideal para cambiar la dinámica.
Pase lo que pase, sabemos que estarán con nosotros. Porque el vinculo que tenemos va muchísimo más allá del que suele tener un medio informativo con un lector. Seguiremos luchando, seguiremos abriendo nuestro propio camino y seguiremos demostrando que, cuando se trabaja, se cree y se persiste, el éxito es la única consecuencia posible.
Cuando escribimos/decimos SOMOS INVICTOS no pensamos en un tema de posicionamiento, sino en en una filosofía, en una manera de ver la vida. Un Invicto no es alguien que nunca pierde. Es alguien que cree que la derrota no es un estado definitivo. Puedes llegar a estar perdido, pero solo están derrotados los que así lo sienten.
Gracias por estos 5 años, Invictos.
GRACIAS TOTALES.