Tiene muchísima confianza en sí mismo y es muy bromista, pero Zlatan Ibrahimovic, en la charla que tuvo con Olivier Dacourt para Canal Football Club, confesó que muchas de las polémicas -e históricas- frases que suelta las hace con la intención de generar revuelo entre los medios de comunicación.
Como el mítico Squints cuando besó a Wendy Peffercorn, Zlatan planea una que otra declaración:«Cuando digo mis cosas es porque los medios no aceptan ciertas cosas que tú dices. Ejemplo: con lo de la Torre Eiffel (dijo que sólo se quedaría en el PSG si cambiaran la Torre por una estatua suya). Sabía lo que pasaría: se volverían locos. Pero lo hice a propósito. Porque sé el efecto de esto, porque sé que dirían ‘este chico piensa que es otra cosa, perdió totalmente la cabeza’. Si realmente siento eso o no, es otra cosa, pero sé el efecto que causa. Si no obtienen lo que quieren se vuelven locos (risas). Para mí, no es problema, porque el próximo día podrán escribir mierda sobre mí. Pero no me importa, realmente no me importa, porque me hace más fuerte. Ellos me necesitan para vender, yo no los necesito. Así que me gusta provocarlos… bueno, no provocarlos, irritarlos«, declaró el legendario atacante vikingo.
Nunca entendió que en Francia lo llamaran arrogante: «‘En Francia tenemos problemas con tu actitud’. Extraño, ¿por qué? ‘Sí, por lo que dices y haces’. Pero me dicen ‘arrogante’ y los franceses son famosos por ser arrogantes. Así que soy exactamente como ustedes, deberían amarme, porque estoy representando a Francia muy bien».
Y el buen Ibra cierra diciendo: «Lo mío no es arrogancia, es confianza».